Llama la atención cómo ha disminuido la satisfacción del ciudadano con el Estado, porque esa desconfianza se demuestra precisamente en la actitud ante estas fechas. Al parecer el ciudadano confunde el concepto de Estado con el presidente de turno, alimentando un rechazo necio; fuera de que existe la tendencia de desacralizar, cuando no de tumbar todo lo que significa Estado.
Veo que 30 años de no tener la asignatura de historia en los colegios ha hecho estragos, una gran mayoría de colombianos tienen ideas excesivamente vagas y lo poco que tienen lo han obtenido de fuentes de dudosa integridad, así que la confusión o rechazo visceral es total. Al no conocer qué se hizo hace más de 200 años, especialmente entre los jóvenes, no hay un terreno en el que crezcan esa definitiva actitud y esa fortificante emoción.
La historia suma, es el pasado de todo un país, se podría decir es el motivo y la inspiración para convivir. Inclusive con sus inmensas sombras, la historia es un norte. Sin este aglutinante la convivencia no funciona, no adquiere fuerza. Si se extingue el amor patrio y se reemplaza por un acto administrativo, algo mecánico carente de convicción y de pasión, el ciudadano deja de serlo y será, si mucho, un usuario de un servicio que ha adquirido con base en el pago de impuestos.
Estas fechas son momentos para celebrar y momentos idóneos para reflexionar. Son el espacio para darle vida a ese pasado y recrear el mundo que hay entre esa fecha y la actualidad; ver causas y efectos y motivar una reacción, una toma de posición. Observo y escucho a colombianos despotricar, precisamente, de la Patria Boba, y me explico su rabia y frustración como el resultado de una frustración y no de una reflexión. Les duele el país y optan por la reacción más sencilla y fatal: gritar y rechazar. Pero digo: ¿no somos los mismos colombianos, los patriotas de 1810 que cometieron un sinnúmero de errores, como la desunión, a los de hoy en día?
Creo que no hemos cambiado mucho, así que criticar los ancestros de poco sirve; lo que se debe hacer es actuar y construir, darle inicio, o mejor continuación, a la importante labor de perfeccionar el país y dotarlo de todas esas virtudes que le negamos, que no vemos en el pasado. En el 20 de Julio se inició la búsqueda de la democracia en Colombia, recorrido que cada Nación debe hacer por sí misma, y mucho se ha avanzado en estos 214 años y mucho nos falta.
Es importante que le cojamos cariño de nuevo al país y expresemos esa madurez celebrando esas fechas con la ilusión de tener un mejor futuro, el cual, como el pasado, nos pertenece.