Hasta ayer se registraban en Colombia 128 contagiados y 3 muertos en cárceles del país a causa de la covid-19. El mayor foco de contagio de este tipo es el penal de Villavicencio, donde hay 119 casos; hay 5 en La Picota de Bogotá, 1 en Leticia, 1 en Las Heliconias de Caquetá, 1 en la cárcel de Guaduas (Cundinamarca) y 1 caso más en la cárcel Picaleña de Ibagué. Todo indica que el decreto 546 del pasado 14 de abril que quiso prevenir la posibilidad de contagio en prisiones se quedó corto como tanto se criticó desde varios sectores.
Además, la implementación de la norma avanza de manera muy lenta, ya que hasta el pasado jueves, según el propio Instituto Penitenciario y Carcelario (Inpec), apenas 44 internos se habían beneficiado de la prisión domiciliaria transitoria que establece este decreto para mujeres embarazadas, personas mayores de 70 años y que estén condenadas por penas menores. Si se cumpliera rápidamente lo ordenado solo saldrían de las penitenciarías 4 mil de un total de 120 mil personas que hay en los penales. Frente a estas cifras debemos recordar que el hacinamiento en todo el país asciende a cerca del 51%.
Esto quiere decir que el problema, en realidad, está sin resolver. Han pasado ya cerca de tres semanas desde que se registró el primer fallecido por esta causa en Villavicencio (un hombre de 63 años que había recuperado la libertad el 1 de abril y que el 5 murió en el hospital). En lugar de contener el problema ya no solo son presos sino numerosos guardias quienes padecen el contagio. Para tratar de controlar la situación el Inpec decidió que a los 1.786 internos se les practiquen pruebas de coronavirus.
También debemos recordar que el 21 de marzo un motín en la cárcel La Modelo de Bogotá, relacionado con el temor a la llegada del coronavirus a ese penal, dejó 25 muertos. Un panorama dramático que podría ser solo el comienzo del grave problema que avanza en las cárceles de nuestro país. El gran desafío actual está en aislar oportunamente a los presos contagiados y establecer los cercos epidemiológicos adecuados, lo cual no parece fácil cuando cada día aparecen nuevos casos en las prisiones de Colombia.
El problema no es exclusivo de nuestro país. La semana pasada se conoció que en solo una prisión de Michigan, en los Estados Unidos, se reportaban 642 infectados con covid-19, cerca del 44% de los 1.400 prisioneros en esa sede, pero el total de contagiados en prisiones de ese estado es de 1.170, de los que 30 han fallecido. En el total del país los contagiados hasta ahora serían 9.437, de los que 13 habrían muerto según la iniciativa periodística The Marshall Project. Es evidente que en lugares como estos la posibilidad de propagación de la enfermedad en mayor que en otros espacios.