A propósito de las tres versiones de propuesta de Iniciativa Privada (IP) presentadas por Odinsa a la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) para la construcción, operación y mantenimiento de los corredores viales Manizales-Pereira-Armenia-La Paila bajo la modalidad de concesión, a raíz de lo cual se ha generado una importante dinámica de conversación en la región, celebramos el interés y el ejercicio emprendido por algunas personas e instituciones para favorecer la construcción de consensos que nos permitan avanzar hacia el mejor de los resultados posible.
Y es que en este tipo de situaciones un buen punto de partida es la diferenciación entre lo deseable y lo posible, lo cual exige una buena dosis de conciencia situacional que le permita, en este caso a la región, reconocer su posición en la negociación. Todo indica que el primero de los elementos alrededor de los cuales ha sido fácil construir consenso es la integración o unificación de los peajes de Santágueda, San Bernardo y Pavas en los peajes de Tarapacá; es decir, incrementar la tarifa en Tarapacá y aportarle a la competitividad en los municipios de Manizales, Chinchiná y Palestina, al disminuir los costos de transporte entre estos municipios. Toda vez que esta solicitud disminuye los ingresos de la Concesión, es necesario hacer una revisión de las obras que se deben emprender, y la discusión al respecto debe hacerse con mucha sensatez y el mejor de los juicios posible.
Ya en las primeras conversaciones llenas de opiniones ligeras, generamos indisposición entre nuestros departamentos vecinos y muchas inquietudes en el país. Lo más recomendable es la acción sin daño, privilegiando el cuidado de las relaciones. Estamos participando y opinando en un negocio que es de la Nación y es de ella el derecho de decisión. No se necesita ser un gran estadista para comprender que para el país la prioridad en materia de vías en la región es el tramo Calarcá-La Paila del cual la Autopista del Café se ha beneficiado por importantísimos recursos desde hace 17 años. Entonces, en beneficio de todos, el nuevo contrato de concesión deberá incluir, prioritariamente, la construcción de la doble calzada en el tramo Calarcá-El Alambrado y con los demás recursos se financiarían las complementaciones en el tramo Manizales-Pereira que resulten prioritarias.
Muy probablemente, un análisis beneficio/costo de las necesidades de inversión mostrará dentro de las prioridades las intersecciones de Chinchiná y el Aeropuerto, la rectificación de sitios críticos en el tramo Estación Uribe-La Trinidad y los 3,6 kilómetros de la doble calzada La Trinidad-La Manuela.
Bien vale la pena tomar conciencia de que el Gobierno puede decidir operar directamente el corredor vial. Y por ello, estratégicamente debemos hacer todo por mantener el interés general en el modelo de concesiones.
Dentro de este modelo, Odinsa y el Grupo Argos son una muy buena opción pues se trata de un conglomerado del siglo XXI, con sensibilidad social y responsabilidad territorial demostradas. Así que, bienvenidos los diálogos constructivos, maduros, respetuosos y sensatos, que nos permitan, como Caldas y Eje Cafetero, generar las mejores condiciones para impulsar el progreso armónico y equilibrado de la región y el país.