El futuro de las vías a cargo de la Concesión Autopistas del Café no puede ser la discordia para Caldas, Risaralda y Quindío, ni entre regiones y menos en cada departamento. El tiempo se va agotando para que la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) defina si entregará estas vías a partir de febrero del 2027, cuando concluirá el manejo que hizo durante 30 años Autopistas en los que construyó tramos de doble calzada, ha hecho obras complementarias y ha mantenido una vía en buenas condiciones.
Esta Concesión la administra desde 1997 la constructora Odinsa, del Grupo Argos, que le propuso a la ANI continuar por otros 30 años (hasta el 2057) la operación bajo la figura de Iniciativa Privada (IP) Conexión Centro. La urgencia para el Eje Cafetero es que en abril de este año se conocerá el resultado de la evaluación de la propuesta, con un elemento adicional, porque en el 2004 un tribunal agregó 70 kilómetros al diseño de Autopistas, incluyendo el tramo Calarcá-La Paila y puso un peaje en esta zona, el de Corozal, distancia en la que la IP plantea construir doble calzada para continuar las obras.
Son 7 peajes que maneja hoy la Concesión: 2 en Quindío y 5 en Caldas, y de estos últimos, 3 en el municipio de Manizales (que forman un triángulo entre Pavas, San Bernardo del Viento y Santágueda). Caldas está solicitando eliminar peajes porque se van a completar 30 años aportando el mayor porcentaje de recaudo, y a pesar de ello faltan obras. Si es uno (Pavas) o los tres mencionados es un objetivo que cada quien defenderá con sus razones, pero otra cosa es la negociación a la que se llegue con Conexión Centro, en lo que las autoridades en cabeza del gobernador, Henry Gutiérrez, los alcaldes de la región Centrosur donde está Manizales, y los gremios deben ponerse de acuerdo para exponer pros y contras y concertar lo más conveniente.
Es una necesidad y por eso hay que estar unidos, acudir a expertos en movilidad y en vías para que contribuyan a sustentar con rigor técnico lo que se está demandando de la IP. Caldas reconoce que la modalidad de las concesiones ha sido una aliada de las vías del país, lo que lleva implícito la ubicación de peajes. Por eso se está proponiendo hacer un ajuste razonable de tarifas en Tarapacá I y II a manera de compensación. Así nadie saldría perdiendo y sería más equitativo.
Un peaje siempre será restrictivo, donde esté, pero es la única manera conocida y probada para mantener carreteras atendidas y en buen estado. Eso también lo entendemos en Caldas, pero lo que se está requiriendo es que no se siga privando al Centrosur de promover acciones de desarrollo y competitividad y eso también lo deben entender la IP y la ANI. Se debe evitar que esto lo conviertan los políticos en trampolín para ganar votos, bienvenidos sean para ayudar a conseguir un buen acuerdo que incluya la ejecución de obras, como la ley lo indica, en el departamento y que están pendientes desde hace varios años, pero la meta de todos debe ser el bienestar colectivo.
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