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En una especie de ley de compensación se convierte el decreto 0012 expedido el 9 de este mes por la Alcaldía de Manizales con el que reglamenta el aprovechamiento económico del espacio público en la ciudad. Estos seis meses iniciales serán de transición y de socialización de la medida, porque a partir del 1 de julio los comerciantes que para sus actividades estén usando antejardines, terrazas, parques, plazas, andenes, vías, bulevares, ecoparques deberán pagarle una suma de dinero al Municipio por gozar de este beneficio.
No es algo novedoso. Decretos similares rigen desde hace varios años en otras ciudades de Colombia, que igualmente volcaron parte del desarrollo de sus comercios a espacios públicos. En Manizales se venía solicitando y requiriendo, pero varios sectores se resistieron en el 2018 con desobediencia civil a que el Municipio considerara siquiera cobrar por estos espacios. Cómo seguir justificando que mientras hay comerciantes que pagan oportunamente todo tipo de impuestos y obligaciones por mantener abiertos sus negocios, otros que se ampliaron usando áreas consideradas públicas y empezaron a lucrarse de ello no contribuyen en nada.
Tienen que entrar en consideración cuestiones como el espacio que se está ocupando y el sitio donde se desarrolla la actividad, al menos en cuanto al estrato, para no caer en excesos tributarios ni vulnerar la economía del comerciante. Ya la Alcaldía manifestó que hará un cobro de manera equitativa, proporcional y acorde a estos aspectos y tendrá en cuenta además el tipo de actividad económica que se desarrolle y si hay consumo de licor. Lo que se concederá es tiempos de licencias según las actividades a corto, mediano y largo plazo, condición que debe quedar claramente definida porque negocios ocupando estas áreas desde hace más de cinco años hay muchos en la ciudad.
El objetivo que plantea la Alcaldía con este decreto es generar dinámicas mucho más ordenadas, solo que no cobija el ejercicio de las ventas informales que también se hacen en espacio público, porque siguen regidas por el antiguo Decreto 443 de 1993. Ese es otro asunto que también tiene que entrar a resolver el Municipio cuanto antes, aprovechando la experiencia que brinde el 0012 y la construcción de esta reglamentación. Solo así se tendrán soluciones efectivas al desorden en el espacio público en muchos sitios de la ciudad, no solo en el Centro.
Es importante también que todos los recursos que ingresen por este concepto al Municipio sean transparentados. La Secretaría de Planeación informa que serán reinvertidos en mejoras para los mismos sectores en los que se encuentran los establecimientos, lo que dará mucha tranquilidad a los comerciantes porque se convierte en una ganancia mutua. Es una forma de incentivar el pago cumplido de esta obligación.


Lo que debe venir con la aplicación de las licencias y los cobros es un tratamiento igualitario para todos los comerciantes; sin exclusiones, ni favorecimientos, ni manejo de amiguismos por conveniencia. Entre los comerciantes también debe haber entendimiento de la medida, no resistirse a ella porque se trata es del ordenamiento de la ciudad y de evitar que se sigan cometiendo tantos abusos entre quienes aprovechan el espacio público.