Ilustración | LA PATRIA
Alberto Rojas, adulto mayor que vive en Manizales, se levantó cierto día de agosto del 2003 con dolor en la parte baja de su abdomen, en el lado derecho. A ese síntoma se sumaron fuertes ganas de vomitar.
Su esposa le facilitó un analgésico, pero él no mejoró. Por el contrario, llegó al punto de no poderse parar de la cama. Ella llamó al servicio de atención médica domiciliaria que pagaban. Los expertos del mismo determinaron llevar al hombre al hospital.
Allí le practicaron pruebas y le realizaron una ecografía abdominal. Le diagnosticaron apendicitis, que es considerada como la patología quirúrgica no traumática más frecuente que suelen abordar los profesionales de la salud.
Al final, a Alberto lo operaron de emergencia y pasó 17 días en el hospital, tiempo en el que se quejó bastante del dolor que le producía la incisión que le hicieron para extraerle dicha parte del cuerpo.
Explicaciones
Sobre esta condición habló Luz Andrea Naranjo Molina, profesional con pregrado de Medicina de la Universidad de Caldas y especialista en cirugía general y de mínima invasión egresada de la Universidad CES de Medellín.
"El apéndice tiene una actividad inmunológica. Se encarga de evitar que se propaguen las infecciones y ayuda a la defensa de los agentes externos que pudieran estar en los alimentos. Puede inflamarse con alguna frecuencia. Es una patología que requiere tratamiento urgente", subrayó la experta.
- ¿Por qué se inflama?
Existen muchas teorías, pero a la luz de la evidencia actual no hay una causa definitiva. Sabemos que la obstrucción de la base apendicular es el primer paso para desencadenar la inflamación del órgano. Una teoría advierte que como tiene un tejido linfoide alrededor de su base, este puede inflamarse y ocasionar su obstrucción. También puede ser que eso resulte de un bloqueo por heces (apendicolito), un cuerpo extraño, un tumor o en ocasiones, poco frecuentes, por un parásito. La obstrucción aumenta la presión dentro de la luz del apéndice y desencadena una cascada de inflamación. Vale recordar que dentro del intestino, existe una población bacteriana, que en estas condiciones, puede proliferar.
- ¿Cómo es la inflamación?
La obstrucción de la base apendicular da como resultado la infección, pues las bacterias se multiplican rápidamente. El apéndice se inflama (hincha), se llena de pus, luego puede haber necrosis de esa pared y ocasionar una perforación del órgano, para después complicarse al formar un absceso localizado o una peritonitis.
La incidencia de la apendicitis es mayor en el rango de 20 a 30 años, pero puede presentarse a cualquier edad y ser atípica o con mayor riesgo en niños, adultos mayores, embarazadas y personas con obesidad. Esta inflamación del apéndice tiene fases y, según eso, son mayores los riesgos.
- ¿Cuáles son esas fases?
* Edematosa: Lo inicial es la multiplicación de bacterias y la obstrucción del tejido linfático. Eso hace que el apéndice se inflame, se hinche y se llene de pus. Sí continúa en el tiempo y no recibe el manejo adecuado, lo que sucede con la pared de esa apéndice es que tapona la circulación venosa y arterial, hasta que esta se puede perforar.
* Fibrinopurulenta: Esta fase habla de la respuesta que está generando la inflamación. Presencia de pus y úlceras de la mucosa del apéndice. Está tratando, con las células de la defensa, de contener la infección.
* Gangrenosa: Es cuando la pared del apéndice está en riesgo de perforación y de infartos. Es una fase bastante dolorosa y de mayor riesgo de complicación.
Cuando la pared se perfora, habiendo allí material fecal y bacterias, estos microorganismos pueden llevar a formar un absceso o puede llegar a un plastrón, que es cuando ya está más estructurada la pared inflamatoria para contener la infección. Cuando eso avanza en el tiempo y el organismo no logra contener la inflamación y pasa a una infección generalizada del peritoneo (peritonitis), hay una alta mortalidad, cercana al 60%.
- ¿Cuáles son los síntomas y signos comunes?
El síntoma cardinal (principal) es el dolor abdominal, que inicialmente puede ser difuso. No todas las personas desarrollan las mismas manifestaciones. El apéndice se sitúa en el cuadrante inferior derecho del abdomen, pero otro de los primeros síntomas suele ser un disconfort en la boca del estómago y después una molestia alrededor del ombligo, para luego irradiarse (pasar) al cuadrante inferior derecho.
Las náuseas y la falta de apetito son muy frecuentes, pero también puede haber fiebre y cambios en las deposiciones, llegando a tener diarrea. Igual si el apéndice está hacia la pelvis pueden dar síntomas urinarios, pero si está en localización retrocólica (detrás del colon), lo que molesta es la espalda.
- ¿Cuándo se debe consultar?
Cuando hay un dolor que no cede con los analgésicos de venta libre que se tienen en las casas y en lugar, empeora, comenzando a asociarse con otros síntomas como fiebre, es necesario consultar en el menor tiempo posible. El dolor que produce la apendicitis en el abdomen lo llamamos irritación peritoneal.
- ¿Cómo se aborda la apendicitis?
Para el diagnóstico clínico y el manejo quirúrgico siempre se requiere de la valoración de un cirujano, adicional a un manejo antibiótico previo y, en ocasiones, después de la cirugía.
Como no todos los pacientes presentan los mismos síntomas, hay unas ayudas diagnósticas que nos aproximan a determinar si la causa del dolor abdominal es la inflamación del apéndice. La tomografía del abdomen es la que tiene mayor sensibilidad (la más certera) para diagnosticar dicha condición. En algunos casos puede servir una ecografía del abdomen o una radiografía, en un porcentaje menor. Lo que hacemos es sumar, a los signos clínicos del paciente, los exámenes de laboratorio que usualmente nos muestran alteración de los leucocitos. A eso se le puede agregar imágenes diagnósticas, si se requiere.
- Después de eso, ¿qué hacen?
Se hace un manejo quirúrgico. Existen dos vías de abordaje: la intervención abierta y la laparoscópica, que es mínimamente invasiva. En esta última las incisiones son muy pequeñas y por ellas se extrae el apéndice. Favorece mucho la recuperación y el regreso a las actividades habituales. Es que mientras una apendicectomía da de 10 a 15 días de incapacidad; la laparoscópica da solo 5 días.
De la incidencia
"La incidencia en ambos géneros es muy similar. Es del 13% al 14% (por cada 100 mil habitantes), tendiendo a ser mayor en los hombres. Si bien se presenta más hacia una edad media, en los niños, en los adultos mayores, en las embarazadas y en las personas obesas, el riesgo de desarrollar complicaciones es mucho más alto", dijo Luz Andrea Naranjo Molina.
Probabilidad
El riesgo de presentar apendicitis en la vida es entre el 6% y el 7%.
Tamaño
El apéndice llega a medir, en promedio, 3 centímetros.