Foto / www.pexels.com / LA PATRIA / Los pacientes con poliposis nasal requieren un manejo integral que depende mucho del diagnóstico correcto.
La poliposis nasal es una enfermedad crónica, caracterizada por el crecimiento benigno de células en la mucosa que reviste la nariz y los senos paranasales. Esto obstruye las vías respiratorias y causa síntomas como congestión y secreción nasal severa, pérdida del olfato y del gusto; así como presión facial.
Esta enfermedad afecta a los adultos, generalmente, mayores de 20 años. Es poco común en los niños menores de 10.
Manifestaciones como la congestión nasal, la mucosidad (hipersecreción) y el dolor de cabeza, se comparten con otras alergias comunes, por lo que pueden pasarse por alto y tratarse de forma similar.
Muchas personas recurren a la automedicación con antihistamínicos nasales para aliviar estos síntomas. Sin embargo, estos tratamientos pueden no ser efectivos ni adecuados, si la causa subyacente es la poliposis nasal.
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Diagnóstico oportuno
"Conocer nuestro cuerpo y reconocer los cambios que experimentamos es fundamental para una buena salud. Es importante no ignorar síntomas persistentes", comentó Carolina Duarte, gerente médica respiratoria de GSK.
La experta expresó que consultar a un especialista a tiempo lleva a identificar o descartar la poliposis nasal y a garantizar un tratamiento adecuado desde el principio, con menos efectos a futuro.
El diagnóstico requiere una evaluación profunda, por parte de un especialista, que puede incluir una endoscopia nasal para visualizar directamente los pólipos; además de pruebas de imagen, como tomografías computarizadas, para confirmar su presencia y extensión.
Vivir con poliposis nasal va más allá de los síntomas físicos. La condición puede afectar significativamente la calidad de vida, interfiriendo con actividades diarias básicas como respirar, saborear alimentos y descansar adecuadamente.
¡Prepárese!
Existen medidas que pueden ayudar a reducir el riesgo de desarrollar esta enfermedad o la gravedad de sus síntomas:
- Evitar irritantes: afectan el humo del tabaco, los gases de sustancias químicas y el polvo.
- Lavarse manos: esto protege de las infecciones que causan irritación e hinchazón de la nariz y los senos paranasales.
- Uso de humidificador: este puede aportar humedad al aire y prevenir la congestión e irritación nasal.
- Con enjuague nasal: el agua salada limpia el interior de la nariz, elimina irritantes.
* Con información de GSK, compañía farmacéutica.
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