Si usted es de los que cada que le duele la garganta -por ejemplo- corre a la farmacia a comprar antibióticos para tratar su mal, está atentando contra su salud. Automedicarse no es bueno, menos con esta forma de fármacos que, ingeridos de manera indiscriminada, crean resistencia al producto.

Juan Carlos Cataño, internista e infectólogo, director médico de la Fundación Antioqueña de Infectología (FAI), habló con LA PATRIA sobre los peligros de estas tomas, sin la debida receta especializada.

"Antibióticos es una palabra genérica que utilizamos para hablar de una serie de medicamentos, que están diseñados para tratar diversos tipos de infecciones. Equivocadamente se considera que únicamente son causadas por bacterias, pero -en realidad- pueden ser ocasionadas también por hongos, por virus y por parásitos", apuntó.

Claridades

Cataño, fundador de la FAI, respondió:

- ¿Qué es lo grave de la resistencia microbiana?

Resulta que las bacterias, los hongos, los parásitos y los virus evolucionan a una velocidad muy rápida. Se adaptan fácilmente a los antibióticos y se vuelven resistentes a ellos, si no los utilizamos de la manera adecuada.

- ¿Cuánto se demora el desarrollo de un antibiótico?

Desarrollar un nuevo antibiótico le toma, a una compañía farmacéutica, entre 15 y 30 años. Mientras que los microorganismos se hacen resistentes a los fármacos en tan solo meses

- Impacto...

Hay que utilizar, de manera adecuada, los antibióticos que tenemos para que -de una manera inteligente- podamos tratar las infecciones y disminuir el impacto que esos productos tienen frente a la resistencia. Así se pueden seguir utilizando por más años; mientras se da el desarrollo de nuevos productos.

- Lo grave...

El problema de la resistencia bacteriana es que, cada vez, se tienen que crear antibióticos más fuertes para atender a los pacientes. Esos productos no son precisamente vitaminas y tienen diversos efectos secundarios en el hígado, los riñones, la sangre.

- ¿Qué decir de la dosificación?

Lo ideal sería no tener que utilizarlos, pero cuando toca, hay que hacerlo por periodos de tiempo cortos. De esa manera evitamos los efectos secundarios en los diferentes pacientes. Cada antibiótico tiene una dosificación específica, según la persona.

- ¿Quiénes se afectan más?

Las personas más debilitadas, sean niños, jóvenes, adultos o de la tercera edad, son las que más sufren con los efectos secundarios. Estamos hablando de aquellos que sufren de enfermedades crónicas, condiciones de los riñones, del corazón; tales como la diabetes, la hipertensión, etc.

Son aquellos que tienen un organismo debilitado, porque tienen enfermedades de base y toman medicamentos para otras condiciones clínicas y que, cuando se combinan con antibióticos, pueden aparecer con mayor frecuencia los efectos secundarios.

- ¿A qué se le llama efectos secundarios?

Eso varía mucho de una persona a otra, pero -en general- pueden ir desde algo tan sencillo como una reacción alérgica; a otros efectos secundarios más serios, como la alteración de la función del riñón, del hígado. Llegan a darse cuadros de anemia, sangrados, alteración del ritmo cardíaco, entre otros. Los efectos son muy diversos y son característicos de cada una de las moléculas antibióticas que se emplean.

- ¿Qué medidas podrían implementarse, ante la necesidad de tomar antibióticos?

Lo principal, no automedicarse (con ninguna enfermedad). La gente tiene que tener claro que no siempre que hay fiebre, hay infección. Y con una infección, no siempre se necesitan antibióticos.

Pasa que de las infecciones respiratorias altas (la laringitis, la amigdalitis) y de las enfermedades diarreicas agudas, el 80 al 90% son causadas por virus, por lo que no requieren de antibióticos.

- Ante la duda, la consulta...

Ante la sospecha de una infección, siempre se debe consultar con el médico para determinar si se trata efectivamente de una infección, que requiere tratamiento antibiótico (con la respectiva dosificación); o si se trata de otra cosa.

- En la justa medida...

Interrumpir la forma de toma sugerida, es lo que causa la resistencia. También es importante que el producto esté prescrito por un médico y no por un farmaceuta, para evitar dosis tóxicas del fármaco, que podría conducir hasta la muerte.

Infectomanía

Ingrese al portal de la Fundación Antioqueña de Infectología (www.fai.org.co) para conocer más de infecciones, sobre la toma de fármacos y de resistencia antimicrobiana. Infectomanía, que cuenta con el apoyo de Pfizer, es el nombre de la campaña con la que la entidad paisa concientizar sobre los riesgos de estos medicamentos.

Encarece la atención médica

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) señala que la resistencia a los antimicrobianos, aumenta el costo de la atención médica, con estadías más prolongadas en los hospitales, requiriéndose cuidados más intensivos. Eso pone en riesgo el logro de los objetivos de desarrollo sostenible.

Para no olvidar

Según la Fundación Antioqueña de Infectología (FAI) es crucial:

* Tomar antibióticos únicamente cuando los prescriba un profesional sanitario certificado.

* No pedir antibióticos, si los especialistas dicen que no son necesarios

* Seguir siempre las instrucciones de los expertos, con respecto al uso de los antibióticos.

* No utilizar los antibióticos que le hayan sobrado a otras personas o infecciones previas.

* Prevenir las infecciones lavándose frecuentemente las manos, preparando los alimentos en condiciones higiénicas, evitando el contacto cercano con enfermos, adoptando medidas de protección en las relaciones sexuales y manteniendo las vacunaciones al día.

Esa última recomendación se hace efectiva, implementando las cinco estrategias claves para la inocuidad de los alimentos que propone la Organización Mundial de la Salud (OMS):

1. Mantener la limpieza.

2. Separar alimentos crudos y cocinados.

3. Cocinar completamente.

4. Mantener los alimentos a temperaturas seguras.

5. Usar agua y materias primas inocuas y alimentos en cuya producción no se hayan utilizado antibióticos.

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