Carmen Emilia “Carmenza” Echeverri. 

Foto | Cortesía | LA PATRIA 

Carmen Emilia “Carmenza” Echeverri

Carmen Emilia “Carmenza” Echeverri de Zuluaga falleció este sábado, 23 de noviembre.

Carmenza llegó al colegio San Luis Gonzaga en 1978 como profesora de preescolar. En ese año su hoja de vida la identificaba como normalista de la Normal Superior de Caldas y como licenciada en Educación preescolar y promoción de la familia de la Universidad Santo Tomás.

Con su llegada se inició en el colegio la apropiación de la espiritualidad ignaciana (Ignacio de Loyola). Esta espiritualidad Ignaciana fue la que permitió que Carmenza asumiera como amigo y maestro al Parkinson, que le llegó años después.

También asistió a cursos de Educación personalizada y pedagogía. Uno muy especial con Nieves Pereira, autora de ‘Educación personalizada, un proyecto pedagógico en Pierre Faure’.

Comienzo de la enfermedad

En 1993, a sus 33 años de edad, Carmenza sufrió un accidente doméstico. Rodó por las escalas de su vivienda, recibiendo un fuerte golpe con el borde de una varilla metálica. Quedó muy mareada, pero pidió el taxi para ir a trabajar al colegio.

Aturdida atendió sus deberes educativos, sin buscar la ayuda de un médico. Unos sesis meses más tarde aparecieron algunos síntomas. Uno se lo dijo un alumno: “Profe, ¿por qué esa letra tan pequeña? Sentía desasosiego, ansiedad, tristeza. También dificultad para calzarse. Y hacía todo lo que tocaba con mucha lentitud.

Huellas en la comunidad

Mientras, había iniciado en el colegio un proyecto denominado “Pequeños escritores Gonzaga”, en el que cada alumno de tercer grado, escribía un libro que se iba a exponer al final de año académico.

La anterior se convirtió en una experiencia literaria que fue reconocida por el escritor Octavio Hernández, quien dijo: “Tengo en mi escritorio una flamante novela de una alumna aventajada de dicha experiencia literaria con miras a revisarla y aconsejar su publicación”.

Motivaciones académicas

Llegó el momento de ir al médico y varios especialistas en Bogotá y Cali le diagnosticaron el mal del Parkinson. Operaciones, tratamientos y medicamentos le tocó asumir.

Luego, interiorizó en su vida la presencia de Dios, quien le inspiraba para seguir viviendo.

Se matriculó en la de maestría en Educación. Fue nombrada docente universitaria en la Facultad de Artes y Humanidades de la Universidad de Caldas y designada como evaluadora externa de tesis de investigación del CINDE.

Ganó el primer puesto en concurso internacional de investigación y escribió el libro ‘Enseñar y aprender, leer y escribir, una propuesta basada en la investigación’. Además, coordinó los seminarios del Preuniversitario Gonzaga y fundó centros de estudios educativos e investigativos.

“Carmenza encontró en el colegio una bella estrategia para convertir una enfermedad en amiga y maestra: la espiritualidad Ignaciana. En todo amar y servir. Para mayor gloria de Dios”, aseguró Alirio De Los Ríos Flórez, compañero educativo de Carmenza durante varios años y quien la recuerda a través de esta reseña.

 


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