"No se aprecia a un hombre involucrado con sus hijas y que intenta acompañarlas y auxiliarlas", Tribunal.

"No se aprecia a un hombre involucrado con sus hijas y que intenta acompañarlas y auxiliarlas", Tribunal.

LA PATRIA|MANIZALES

A un hombre le ratificaron condena por el delito de inasistencia alimentaria, luego de que su abogado apeló ante el Tribunal Superior de Manizales.

Según la acusación, el señor, padre de dos menores nacidas en el 2006 y el 2008, hizo acuerdo conciliatorio para fijar cuota alimentaria ante la Comisaría de Familia de Supía, el 12 de mayo del 2016. Se comprometió a allegar una cuota mensual de $200 mil, pero no cumplió, pues para el 2016 dejó de pagar seis cuotas de ese valor y una más de $130 mil.

En el 2017 siguió en incumplimiento. Es decir, no canceló las cuotas actualizadas de $214 mil, lo cual dio lugar a que la mamá de las niñas lo denunciara el 11 de abril de ese año. Aún así, siguió sin pagar.

Lo aprehendieron el 30 de octubre del 2021, no aceptó cargos y lo dejaron libre. El 17 de agosto del 2023 le emitieron sentido del fallo condenatorio, pero continuó sin medida.

Se evidenció que el condenado era cerrajero, trabajaba en una empresa con un salario de $737 mil 717 para el 2017 y podía responder por la obligación, pero solo dio una cuota de $50 mil. Las niñas recibieron un subsidio de ley y no lo que correspondía dar a su padre de su propio bolsillo.

"Al demostrarse que sí generó recursos pudo abonar a sus hijas una mínima parte, pero no lo hizo, abandonándolas, como así se mantuvo incluso hasta cuando fue capturado", anotó el juzgado. Lo sentenció a 32 meses de prisión y multa de 20 smlmv para el 2017, con prisión domiciliaria y permiso para trabajar, a efectos de que pueda ponerse al día con su obligación alimentaria incumplida y ayude a la mamá de las menores en ese deber conjunto.


Confirmada la condena

En la apelación, el abogado pidió absolverlo por dudas, pero ratificaron la pena. "No se aprecia a un hombre involucrado con sus hijas y que intenta acompañarlas y auxiliarlas, así sea en lo mínimo, sino que constituye una historia más de desamparo en el que hombres inescrupulosos viven un necio desarraigo que les hace sentir que procrear es una contingencia a la que pueden dar fácil la espalda, creyendo que la labor de sostener y formar es quehacer forzoso e inexcusable solo para la madre que da a luz", explicó el Tribunal.


 

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