La Policía y la Secretaría del Interior llevaron a cabo controles de prevención a los hinchas del Deportivo Pereira que pretendían ingresar a la ciudad el miércoles, para presenciar el clásico contra Once Caldas.

En la revisión a buses y otros vehículos hallaron 150 armas cortopunzantes, ocultas en distintas partes de los automotores.

El mal comportamiento visitante también se presenció al finalizar el encuentro futbolero, pues los aficionados matecañas lanzaron botellas y latas a miembros de la Policía y de logística que prestaban seguridad dentro del estadio Palogrande.

A eso se sumaron las denuncias por supuestos actos de racismo del jugador del Once Joel Contreras y de la afición de Once Caldas, contra el delantero del equipo visitante Rubilio Castillo.

Hincha del Bucaramanga, lesionado

Se conoció también otro hecho en el que un menor de edad, aficionado del Atlético Bucaramanga, resultó lesionado con arma cortopunzante en la Plaza Alfonso López, el 8 de febrero, un día antes del partido contra los Leopardos.

El afectado, de 15 años, no quiso contar a qué se debió la agresión, que no revestía gravedad, y aunque testigos aseguraron que lo atacaron aficionados del Once Caldas, la Policía descartó que estuviera relacionado con peleas de barras.

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