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Foto | Cortesía Policía de Manizales | LA PATRIA
A alias el Pollo lo capturaron por tráfico de estupefacientes y se comprobó que tenía libertad condicional por un homicidio.
Mientras hacían patrullajes, uniformados del CAI Villahermosa de Manizales capturaron el pasado martes a un hombre en la calle 51A con carrera 8A, en el barrio Comuneros, tras hallarle en su poder 28 dosis de bazuco.
El sujeto, conocido como el Pollo, se mostró nervioso al ver a los agentes, lo que llamó su atención y tras requisarlo, le incautaron los estupefacientes. Gozaba actualmente de libertad condicional por homicidio agravado.
Crimen y condena por homicidio
El 4 de noviembre del 2018, Julián David Martínez retó a un enfrentamiento con navajas a alias el Pollo, en el barrio El Porvenir, de Manizales. Primero lo tildó de cobarde y luego se enfrentaron.
El Pollo le clavó su arma en la clavícula a la víctima, quien intentó huir, pero su verdugo lo persiguió y le provocó una segunda lesión en el brazo izquierdo, lo que obligó a que soltara el elemento.
Luego llegó un tercer lance, pero el herido alcanzó a esquivarlo. Sin embargo, el atacante se clavó la navaja en una pierna. Corrió a su casa, se cambió la ropa ensangrentada y fue a un hospital, en donde estuvo internado por dos semanas. Sin embargo, Julián murió el mismo día de la riña.
En enero del 2019 se leyó la sentencia: le dieron 10 años de prisión al homicida, quien solicitó que le otorgaran la detención domiciliaria, por ser padre de tres hijos, su esposa debía cuidarlos y alguien debía responder por ellos. Sin embargo, le negaron la solicitud y se ordenó su reclusión en la cárcel.
En del 2023, luego de cuatro años y un mes detenido en la cárcel de Calarcá (Quindío), al Pollo le otorgaron el beneficio de casa por cárcel y en agosto obtuvo permiso para trabajar como oficial de construcción, aunque debía utilizar brazalete electrónico.
Por su buen comportamiento y la redención de pena por trabajo, en noviembre de ese año le permitieron la libertad condicional con un periodo de prueba de 3 años y 11 meses, lo que implicaba buen comportamiento y no verse inmerso en líos judiciales. Ahora espera que se decida su suerte y podría volver a caer a la cárcel para terminar de pagar su condena.
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