Augusto Morales Valencia, magistrado del Tribunal de lo Contencioso Administrativo de Caldas

El neirano Augusto Morales Valencia se retira del Tribunal de lo Contencioso Administrativo de Caldas, tras 34 años de servicio.

Augusto Morales Valencia es viejo conocido en la Rama Judicial caldense. El pasado jueves dejó su cargo de magistrado en el Tribunal de lo Contencioso Administrativo de Caldas al que llegó el 16 de marzo de 1990. En este tiempo vio cambios no solo de la justicia en Colombia, sino en la jurisdicción que tuvo a cargo. Por eso vale la pena conocer sus opiniones sobre estos y otros aspectos.

Participó en cientos de decisiones que han marcado historia en la región. Por mencionar solo algunas, la cuenca de Río Blanco, la demolición del puente del Parque Caldas, la transformación de la Plaza Alfonso López y la construcción de un acueducto en un resguardo de Riosucio.

Cuando salió de la universidad y ocupó los primeros cargos administrativos, antes de llegar a la Rama Judicial, se proponía crear la biblioteca de derecho público, porque no había cultura de él. Luego fue descubriendo que del derecho francés Colombia bebió para sus instituciones y empezó a hacer estudios de derecho comparado, algunos de los cuales publicó en LA PATRIA, donde es columnista. Estudió un año en París sobre esta área del conocimiento.

Anunció que seguirá vinculado a algunas universidades porque se debe tener un compromiso con la sociedad, de que lo que uno ha aprendido, también lo transmita a otras personas. Es lo que hace con su artículo en LA PATRIA, encaminado a formar ciudadanía, a que la gente aprenda cómo funciona el Estado, cómo defenderse de él.

"Yo me formé en la Constitución de 1886, marcadamente centralista. La Constitución de 1991 fue un paso fundamental, la estudiaba, la analizaba y dije: esta Constitución es buena porque es de absoluta comprensión para el ciudadano común. Se llenó de derechos que antes no existían".

 

Reclamos

Cuenta que en algún momento, en un evento académico en la Universidad de Caldas, un exalcalde dijo que no entendía cómo unos magistrados imponían cargas imposibles para ejecutar presupuestos que los obligan a hacer unas obras a veces tan costosas que no alcanzan.

Él le respondió: "vea alcalde, lo que pasa es que todo el país y todas las administraciones, nacional, departamental, municipal, tienen una deuda histórica con las comunidades de sus derechos colectivos".

Aunque cree que el país es hoy distinto, reconoce un problema grave: "La corrupción no es sólo apoderarse de dinero. Las modalidades de corrupción son muchas. Negociar leyes, eso es corrupción, a cambio de prebendas o canonjías. También es corrupción, el tráfico de influencias". A pesar de esto, está convencido de que en principio los servidores del Estado son honestos.

La jurisdicción de lo contencioso administrativo lo que hace es controlar la acción o el poder de los gobernantes. Lo explica así, Morales Valencia: "Si incumplen la norma, nosotros les anulamos los actos administrativos; que si no están cumpliendo la norma, por una acción de cumplimiento los obligamos a que cumplan. Que hacen un nombramiento o una elección sin observancia de la ley, estamos nosotros para anular los actos administrativos. Lo de los falsos positivos, nos ha tocado ordenar excusas públicas a la Fuerza Pública por esos atropellos. También en el caso de los errores médicos, condenas grandes para hsopitales. Y creo que se ha ido formando una cultura para bien".

 

Algo mejora

Otra anécdota: Algún día se encontró al director de la Policía Nacional y lo felicitó porque se había disminuido la litigiosidad contra la institución, porque fueron entrando en una nueva dinámica de respeto. "Entonces, lo que nosotros tratamos de hacer acá, es que esas sentencias hagan conciencia. Creo que en eso sí hemos avanzado mucho", concreta.

Se siente orgullo de la Rama Judicial en Caldas, el Eje Cafetero e incluso Antioquia. "Es una justicia muy pulcra, transparente, blindada contra cualquier influencia. Nunca recibí a ninguna persona ni a ningún político, ningún servidor público ni ningún particular a presionar por una decisión". Atribuye esto a que la justicia de Caldas se ha ganado el respeto de la comunidad.

Frente a la congestión judicial de siempre, regresa al anecdotario, para mostrar orgullo: "Algún día que el tribunal fue sometido a descongestión, abogados que venían de otras ciudades decían: 'sí, nos fallaron muy rápido, pero hubiéramos querido que se quedara el proceso en Caldas y nos lo hubieran fallado, cualquier hubiera sido la decisión y no de esa manera como están fallando en otros lados".

 

Lo que queda

Sobre las dificultades en Colombia para reformar la justicia, reconoce que hoy se está mucho mejor que antes, pero sí llama la atención que en materia de concursos se han presentado dificultades, como que se demoren cinco o seis años. Aunque propone que ese mismo concurso debería aplicar para acceder a las altas cortes, donde se tienen procedimientos especiales para los nombramientos. "No permite que funcionarios con mucha capacidad, que han demostrado calidades, condiciones para estar en una alta corte, sean designados. ¿Por qué? Porque hay una influencia que yo no he entendido y también lo he criticado públicamente, cómo es que elaboran las listas para las altas cortes, donde gente sobrecalificada ni siquiera la ponen en la lista de los candidatos".

 

- ¿Se siente usted afectado por ese sistema? porque cuando yo llegué a Manizales se daba casi por seguro que usted llegaba al Consejo de Estado en algún momento,

Siempre tuve eso como una aspiración, mas no como una obsesión. Era consciente de cuál es el sistema que rige y la conformación de las nóminas de las altas cortes, que es una cuestión compleja, es una simbiosis entre una convocatoria que hace el Consejo Superior de la Judicatura, donde se presentan 80, 100, 150. Llaman a algunos a entrevista y uno no sabe por qué los excluyen y dejan 30 y de esos 30 se escoge cierto número para enviarlo allá y uno dice: sí, estas personas son amigos de este magistrado y yo digo ¿por qué no hay más transparencia en eso?

 

- Bueno, don Augusto Morales, usted cierra la puerta de su despacho y se encuentra con el Augusto Morales de hace 34 años y medio. ¿Qué consejo le daría?

Primero, para la comunidad: que utilice los mecanismos de los que el constituyente y el legislador la dotó para que se defienda y haga respetar sus derechos. Dos: cada sentencia, por sencilla o simple que se dio, me deja sumamente satisfecho porque junto con mis compañeros de Sala, hemos logrado dispensar justicia como se debe. Y tercero: un llamado a algunos abogados a que tengan consideración por la rama judicial. A veces interponen recursos innecesarios, unas demandas kilométricas, como si cobraran por página al cliente. En este momento estoy escribiendo sobre eso, en LA PATRIA, la ética del abogado. ¿Cómo es el obrar de un profesional del derecho? Una ética para que le tengan confianza a la profesión.