Alba y sus hijas Eliana, Estefanía y Laura. Fotos de la Policía.

Alba y sus hijas Eliana, Estefanía y Laura. Fotos de la Policía.

Alba Trinidad Gallego Vélez tuvo el mejor cumpleaños de su vida. En la celebración de sus 56 anualidades contó con algo esperado durante 30 años: volver a ver a sus tres hija.

Este reencuentro, marcado por lágrimas, abrazos y la certeza de un nuevo comienzo, se dio gracias al esfuerzo de la Policía Nacional, que se unió a esta historia de amor y esperanza.

Así fue el proceso

Todo comenzó con una llamada llena de nostalgia. La patrullera Eliana María Arroyave Atehortúa, integrante de la Policía Comunitaria en Marmato, recibió el relato, con voz quebrada, de Estefanía Diosa Gallego, de 34 años, quien, desde Ciudad Bolívar, en Antioquia, le contó que llevaba más de dos décadas buscando a su madre.

Estefanía y sus dos hermanas, Eliana y Laura, habían crecido lejos de Alba, bajo el cuidado de sus abuelos. Su mamá se fue en busca de mejores oportunidades.

El tiempo pasó y ahora las tres mujeres, casadas y con sus propias familias en los municipios de La Pintada y Caramanta, nunca perdieron la esperanza de reencontrarse con su madre.

La patrullera Eliana asumió esta misión con un compromiso profundo. Empezó una búsqueda incansable a través de redes sociales, grupos de WhatsApp y reuniones comunitarias en Marmato, donde existía la posibilidad de que Alba residiera.

Tras varios días de rastreo, Eliana finalmente contactó a Alba en la Vereda Manzanillal, en Marmato, donde una familia la había acogido desde hacía cinco años después de llegar buscando otra oportunidad de vida, después de haber perdido a su compañero sentimental.

Cuando logró localizar a Alba, Eliana comenzó a planear hasta el último detalle del reencuentro, consciente del inmenso valor emocional que este momento tendría para cada una de ellas.

Reencuentro

Y así, finalmente llegó el tan ansiado día. Las tres hijas de Alba: Eliana, Estefanía y Laura, ahora entre los 32 y 36 años, viajaron con el corazón lleno de emoción y nerviosismo para reencontrarse con la madre que siempre habían amado y extrañado.

Al llegar, un abrazo largo y profundo rompió la barrera de los años y las distancias, recordándoles que, aunque sus caminos habían sido diferentes, el amor siempre había estado intacto.

Este reencuentro no pasó desapercibido. La coronel Liliana Andrea Jiménez Falla, comandante del Departamento de Policía Caldas, funcionarios de la administración de Marmato y familiares cercanos, incluyendo hermanos, cuñadas y nietos, fueron testigos de la emotiva escena, compartiendo la alegría de una familia que se unía nuevamente.

Para Alba, ver a sus hijas reunidas y escucharlas cantarle el cumpleaños por primera vez fue un sueño hecho realidad. Con lágrimas en los ojos agradeció profundamente a la Policía, diciendo que este había sido “el mejor regalo de cumpleaños que jamás podría haber imaginado”.

Este encuentro es solo el comienzo de una nueva etapa para Alba y sus hijas, quienes, después de tantos años, pueden empezar a escribir juntos un nuevo capítulo de sus vidas.

"La Policía reafirma su compromiso, no solo con la seguridad, sino con la construcción de historias que sanan y unen corazones. Hoy, la historia de Alba y sus hijas queda grabada como un símbolo de esperanza y amor, una inspiración que recuerda el valor de los lazos familiares, que ni el tiempo ni la distancia pueden romper", dijo la coronel.

 


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