Fotos | Tomadas de Facebook Orquesta Sinfónica de Caldas | LA PATRIA Mike Jiménez Franco.
Familiares, amigos, músicos y seguidores del maestro manizaleño Mike Jiménez Franco unieron sus voces e instrumentos para despedirlo y homenajear su arte, que permanecerá en su memoria.
El egresado de la Universidad de Caldas falleció el viernes a sus 37 años. Este domingo (29 de septiembre) se cumplieron sus exequias, la misa fue en la parroquia Madre del Salvador del barrio La Francia.
"El inseparable violín de Mike y su virtuosidad lo llevaron por muchos escenarios del mundo, hoy está en el plano celestial, desde allí su capacidad analítica y su humor negro traspasa las fronteras de lo inolvidable", así describió el periodista Juan Unda Rocha el programa especial que realizó este lunes en tributo al manizaleño.
Su trayectoria musical la fue forjando desde Batuta, la Corporación Rafael Pombo, la banda del Instituto Universitario de Caldas, la Banda Municipal de Manizales, la Orquesta Sinfónica de Caldas, la Filarmónica Joven de Colombia, Orquesta de las Américas hasta la Orquesta Filarmónica de Cali.
Foto | Cortesía Juan Carlos Unda | LA PATRIA
Los músicos y exintegrantes de la Orquesta Sinfónica de Caldas (OSC) lamentaron la partida de Mike Jimenez Franco, quien desde hace 12 años pertenecía a la Orquesta Filarmónica de Cali, donde actualmente se desempeñaba como asistente de concertino.
“Fue miembro de nuestra fila de violines y concertino por muchos años y siempre valoramos su profesionalismo, su dedicación, talento desbordante, empeño y calidad humana. Acompañamos a la comunidad musical, violinística y especialmente a su familia en estos difíciles momentos”, escribió la SCO en su cuenta de Facebook.
El director de la OSC, Leonardo Marulanda, escribió en sus redes sociales: "Tuve la oportunidad de hacer música con Mike Jimenez Franco por varios años, primero como compañeros de la Orquesta Sinfónica de Caldas, luego fue mi concertino cuando yo era Director de la misma y luego, tuve el privilegio de acompañarle un maravilloso Mozart como solista junto a la Orquesta Filarmónica De Cali. Un profesional y un ser humano maravilloso con todas las letras siempre. Mi sentido pésame a su familia y a toda la comunidad musical. Buen viaje amigo, te vamos a extrañar".
Persona y músico integral
Foto | Tomada de Facebook Mike Jiménez Franco | LA PATRIA
“Mike era una persona bastante integral. Más que músico, a él le gustaba enseñar música a todo el mundo. Era muy estricto en que la música se interpretara bien. A él le gustaba que uno aprendiera música. De hecho tengo una lista de reproducción de música clásica que él me ayudó a hacer porque quería que aprendiera y un poquito más del violín que él conocía también”, expresó su amigo el periodista Luis Felipe Molina Ramírez, quien en el 2018 le hizo una entrevista que publicó en Papel Salmón, separata cultural de LA PATRIA
Mike toca las notas del mundo
Luis Felipe Molina Ramírez
Papel Salmón
El emperador romano Marco Aurelio con su distinguida sabiduría acuñó en un aforismo que el descanso que entrega un buen trabajo, por pequeño que sea, garantiza alegría, quizás. Cuestión de cariños; cuestión de vocación. Las palabras del emperador sirven para ilustrar la vida musical y profesional del manizaleño Mike Jiménez Franco, quien a sus 31 años ajusta horas de interpretación y decenas de sellos en su pasaporte.
Sus travesuras fueron continuas hazañas en la música para un menor de 3 o 4 años. Lo recuerda así: “Mi madre [Patricia] me cuenta que cuando tenía dos años y medio me sentaba todos los domingos a ver los conciertos de la filarmónica. Un día de esos yo le dije que quería aprender a tocar la guitarra con palito. Ella, en un principio, no supo cuál era, entonces, en un concierto, yo le mostré cuál era esa guitarra con palito. Con el tiempo y como mi hermana estudiaba piano en Bellas Artes, me llevó para hablar con la maestra, quien dijo que veía cosas buenas, pero que tal vez sería un capricho mío y que estaba muy pequeño y que había que esperar por lo menos dos años para poder comenzar con el violín”.
Sin embargo, como sucede en muchas historias en las que el talento sobrepasa la edad, llegó el primer aviso a Patricia y su familia. “La profesora dijo que me iba a dar una clase de 15 minutos para mostrarme el instrumento y para tratar de tocar algo y que de pronto con eso se pasaba el capricho y yo no volvía a tocar el tema… Pasaron los 15 minutos y ella le dijo a mi madre que me siguiera llevando porque tenía potencial”. Quizás así comienza esta historia, escrita y tocada con las notas del sacrificio y el éxito.
Pero para que se geste un idilio tan grande entre un intérprete y su instrumento deben pasar años y experiencias. Mike lo sabe y lo acepta. “Aunque empecé muy niño con el violín, hubo una etapa en mi vida, el bachillerato, en el que decidí que no quería estudiar música, sino otra carrera en la cual duré 15 días porque me di cuenta que nunca iba a dejar el violín por ningún motivo y la carrera me obligaría en algún momento a abandonar. El violín hace parte de mi vida y no puedo abandonarlo sencillamente”.
Enseñanzas
Precisamente después de la primera visita a Bellas Artes se iniciaron las clases de violín de Mike. Sus inicios fueron con el piano, luego tocó las puertas de Batuta, de donde fue estudiante fundador. Pasó por la Corporación Rafael Pombo donde aprendió, también, flauta dulce y tiple. Pasó por un par de coros de la ciudad y ganó un concurso de canto en su infancia. Luego, ingresó a la banda del Instituto Universitario de Caldas, pero como flautista y picolista. De allí en adelante tuvo un crecimiento vertiginoso.
“Empecé con la Orquesta Juvenil Batuta Bellas Artes, hoy Orquesta Sinfónica de Caldas (OSC). Después de que me gradué del colegio pertenecí Banda Municipal de Manizales, la OSC. Fui concertino de la OSC, concertino de la Filarmónica Joven de Colombia, violinista de la Orquesta de las Américas y actualmente soy el asistente de concertino de la Orquesta Filarmónica de Cali”, relata Jiménez Franco.
Pero llegar hasta ese punto ha tenido un costo alto: le ha robado descanso y tranquilidad, por la sutileza en la que siempre se presenta la perfección. “He sido algo psicorrígico, estricto y perfeccionista con la música. Nunca estaba satisfecho con lo que hacía en la universidad. Ni siquiera las notas a veces me lograban quitar ese sinsabor. La gente se burla de mí porque soy exigente y que debo calmarme un poco más”, comenta el músico. Agrega que es consciente de ello, sin demeritar o darse atribuciones innecesarias: “He tratado de cambiar, pero eso sigue ahí y es lo que les transmito un poco a mis estudiantes. Obviamente, creo que ser exigente con mi trabajo ayuda a que las cosas sean buenas, aunque sé que debo aprender a no exagerar y moderarme”.
Mike, un músico que conoce bien las honduras de la música, reconoce las inspiraciones sinfónicas como las piedras fundamentales que sirven para sentir con mayor tacto la vida. Bach encabeza en su lista, en el que también está Tchaikovsky. “Amo la Chacona de Bach, pues me parece una obra perfecta que describe muchas emociones y cosas que uno siente al perder un ser querido. Esa obra lo reúne todo, muy bien escrita y bastante compleja tanto técnica como musicalmente. Me encanta el Concierto para Violín de Tchaikovsky, el Concierto para Violín de Khachaturian es una joya. Así hay muchas obras más porque el repertorio de violín es tan amplio que es difícil decidirse por una u otra obra. Me gustan demasiadas obras y es difícil decidirse por una o dos porque hay obras para todo”.
Otra de las opciones que ha tenido el camino de Mike es la composición y dar el paso de la interpretación a la inspiración de la composición. Sin embargo, el manizaleño prefiere continuar por su senda actual: “La composición y yo no nos la llevamos bien, la verdad. No es mi fuerte. En la universidad tenía que componer por obligación, por lo que lo he hecho por compromiso, pero no por inspiración. Para eso hay que tener bastante dedicación y pasión por eso y yo no la tengo”.
Recorrido
Por América y Europa se ha hecho la carrera de este violinista, hasta convertirse en parte del elenco de la Orquesta de las Américas, quizás, entre los momentos más prolíficos de su próspera carrera musical. “Estuve en Caracas en una capacitación con el Sistema de Orquesta de Venezuela y luego para un taller. En Maine, Estados Unidos, en un festival de música de cámara, de cuartetos, con el Cuarteto Portland. Fui al Festival de la Orquesta Sinfónica Juvenil de las Américas en Puerto Rico, en 2004. Luego, en el 2005 fui al Festival Instrumental de Oaxaca (México). Estuve en el Hay Festival de Cartagena en la primera edición y pertenecí nuevamente a la Orquesta Juvenil de las Américas 2010, 2012 y 2016”. Entre los países visitados está Colombia, Ecuador, Perú, Brasil, República Dominicana.
Sin embargo, entre las experiencias que más le han marcado en su vida musical están los momentos que vivió en pequeñas poblaciones europeas adonde la música llegó como un regalo caído del cielo. “Seis colombianos fuimos seleccionados. Hicimos una residencia en una semana en Tallin (Estonia), luego fuimos a Letonia, Lituania, Polonia, Suecia, Dinamarca y Alemania. Fue una gira un poco especial y atípica para lo que son las orquestas sinfónicas y, más que todo, en Europa. Lo que buscó la Orquesta de las Américas fue acercar la música a personas que tal vez nunca habían ido a un concierto. Muchos de ellos fueron en ciudades pequeñas y donde nunca habían tenido una orquesta. Nuestros conciertos fueron los eventos del año allí, quizá. Hicimos un concierto especial a refugiados sirios, por lo que la gira fue muy inspiradora… Hasta vimos personas llorando a las salidas de los conciertos, por lo que fue muy conmovedor”.
Llegar nuevamente en 2016 a esta orquesta no fue tarea fácil porque debía pasar por difícil audiciones en las que se buscaba únicamente la excelencia musical. Allí hubo lugar para Mike. “Fue una gira de cinco semanas con la Orquesta de las Américas, que es una agrupación que reúne a 80 músicos de todo el continente que son seleccionados en una audición por video. Allí hay que pasar por unos filtros y unos jurados, entre ellos el concertino por 30 años de la Orquesta Filarmónica de Berlín, el maestro Leon Spierer”.
Aspectos
“La obra que podría contar mi vida sería la Primera Sinfonía de Brahms. Más que pudiera contar mi vida, podría contar la vida de muchas personas y que muestra el ciclo de todo. Es una obra que para mí suena que al final de todo, siempre hay una luz al final del túnel”, cuenta Mike al reflexionar sobre la obra que mejor se podría ajustar para narrar su recorrido.
Su vida, dice, gira en torno a la música y a su familia. Es un hombre hogareño que aprovecha sus tiempos libres para ejercitarse y hacer deportes, por lo que espera próximamente retomar sus partidas de squash. Así mismo ajusta que ama la cocina y también la fotografía, por lo que se autodenomina “un hombre de planes tranquilos”. Quiere aprender a tocar el Erhu, el violín chino, porque, además, dice es un amante de esa cultura.
Sobre el futuro en su carrera parece ya definir un camino, a pesar de ser temprano aún: “Quisiera en un futuro, tal vez, dedicarme a la dirección. También me gusta la enseñanza, porque pienso que todos debemos transmitir lo mucho o poco que sepamos a las generaciones futuros y enseñarle a otra persona es algo que enriquece y es algo que hace crece a ambos, tanto a maestro como a aprendiz”. Es práctico al cerrar la respuesta a esta pregunta: “Todos tenemos una meta, independiente de todo, y es ser felices”.
La docencia es el más reciente eslabón de su carrera y por eso sabe que por ese camino puede dedicarse para alternar los escenarios. “La enseñanza es todo un reto. De uno depende enamorar al estudiante del instrumento o hacerlo aburrir. He tenido de todas experiencias; momentos que me han llenado de alegría y de orgullo”.
Y lo conjuga con una experiencia de hace apenas unas semanas: “Recientemente estuve en Pereira en el Festival de Cuerdas Sinfónicas. Aunque fue algo agotador, en un sitio donde había más de 150 violinistas, a quienes había que enseñarles. A pesar del cansancio del final, para mí fue satisfactorio ver la cara de alegría de los muchachos, la gratitud, la disposición que tuvieron durante la semana, el esfuerzo porque muchos faltaron al colegio para ir a todas las clases… Eso llena porque uno como músico, profesor y persona siente que lo que está haciendo de verdad vale la pena”.
El violín
“Creo que casi todos los instrumentos pueden transmitir muchas emociones. Los instrumentos de cuerda frotada, en especial, pueden transmitir mucho drama dependiendo del manejo del arco o del vibrato. Yo siento que el violín es el instrumento que puede mejor transmitir el drama”.
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