LA PATRIA | MANIZALES

En la clínica Ospedale de Manizales, un paciente de 33 años se encontraba en una etapa crítica de su enfermedad. La situación llevó a los médicos a tomar la decisión de iniciar el proceso de cuidados paliativos, con la previa autorización de sus familiares.

Este procedimiento se realiza cuando ya no hay opciones efectivas de tratamiento y el enfoque se centra en brindar confort y dignidad al paciente en sus últimos momentos.

El joven había estado hospitalizado durante varios días, recibiendo medicamentos de sedación. A lo largo de su estancia, tuvo la oportunidad de despedirse de sus seres queridos.

“La situación del paciente se complicó más cuando sufrió un ataque cardiorrespiratorio, del cual logró sobrevivir aunque su condición continuó deteriorándose sin respuesta a las intervenciones médicas", explica Sergio Vargas, enfermero jefe.

Vargas enfatiza que el equipo de enfermería decidió coordinar una despedida especial para el paciente."Comprendiendo la importancia del vínculo emocional que la mascota Tommy tenía con su amo, se habló con la familia para traerla a la clínica. Cuando Tommy entró al servicio de hospitalización del tercer piso realmente fue muy curiosa la reacción del paciente, ya que tenía un déficit cognitivo”.

Añade que cuando la mascota se le subió a la camilla, el paciente reaccionó frente a la sensación de estar cerca de él. Entendimos que solo necesitaba de su mascota para estar bien y poder descansar en paz".

Testimonio

La historia de la llegada de la mascota a la clínica tiene que ver también con que la familia sentía que a su ser querido le faltaba para descansar.

Por eso, llamaron a todos los allegados con el propósito de que vinieran a despedirse, pero igual no lograba quedarse dormido.

"El jefe del servicio Sergio Vargas, junto con la coordinadora de hospitalización Daniela preguntó que si él tenía una mascota. Efectivamente mi hermano tenía a Tommy desde hace 12 años. Como familia decidimos ir por el perro a la casa y lo subimos al cuarto de mi hermano. El perrito se acostó al lado de él y junto con mi mamá le acariciaron la carita y sus paticas. Durante 20 minutos, mi hermano pudo despedirse de su querido amigo peludo. Cuando íbamos de salida en el ascensor el perro lloró mucho, lo cual nos dio una corazonada de que eso era lo que mi hermano le faltaba. Momentos después de que Tommy regresara a la casa, finalmente mi hermano descansó" expresa Yenny Paola Carmona Garzón, hermana del paciente.

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