Foto | Luis Fernando Trejos | LA PATRIA
Hernán Darío Herrera, técnico del Once Caldas. El Blanco visita este viernes al Independiente Santa Fe en El Campín.
LA PATRIA | Manizales
Hernán Darío Herrera, director técnico del Once Caldas, dialogó con LA PATRIA sobre lo que ha sido su ciclo con el campeón de la Copa Libertadores del 2004. Habló de todo lo que ha sido su paso por el banquillo del Blanco.
¿Feliz en Manizales?
Muy contento, acá tengo a mi señora y a mis dos perros que me acompañan por todas partes.
¿Cómo se llaman las mascotas?
Uno es Atari, así lo llamó mi hijo, lo adopté, lo llevaba una persona en la calle y se lo recibí. Lo monté al carro y mi señora casi me pega cuando llegue a la casa con el. Y ahora es la ñaña de todos en la casa. El otro es Champion, así lo bauticé después de haber ganado el título con Atlético Nacional y me lo regalaron unos habitantes de la noche de Medellín.
El Once Caldas ha sido equipo para técnicos antioqueños ¿Por qué? ¿qué opina?
Mi primer título, con Atlético Nacional, lo conseguí acá en el Palogrande. Fuimos campeones en 1971. Siempre me quedó gustando la ciudad. Se me parece al lugar donde vivo en Medellín. Hay tranquilidad, se nota la calidad de la gente. Siempre quise volver a Manizales, jugando con el equipo y no se dio, pero ahora lo hago dirigiendo. Estoy muy contento, sé que no he ganado nada, pero hemos avanzado algo: nos alejamos del descenso, clasificamos a semifinales y valoramos jugadores. Me gustaría ganar una estrella, hacer lo que hicieron esos entrenadores, Luis Fernando Montoya. Le quiero seguir los pasos a él.
Entonces su empatía por Manizales nace en 1971...
Era muy joven cuando llegué acá a esa final, era un 'pelaíto', fui emergente. Ganamos, Osvaldo Juan Zubeldía me trajo de alternante. Me encantó la ciudad desde esa época.
¿Por eso pregonaba que quería dirigir al Once Caldas?
Me gusta el equipo. A siempre me gustó el Once Caldas, siempre se caracterizó por jugar bien al fútbol y eso me gusta a mí. Yo decía, algún día quisiera estar allá en el Once Caldas.
Lleva un año acá en Manizales, pero ¿cómo se dio su llegada?
Antes de venir ya me habían dicho, me llamaron y no se dio la opción. Luego, con Pedro Sarmiento y Gustavo Chaverra, me hacen la invitación y acepté. Estaba en las categorías menores del Atlético Nacional. Acá estamos.
¿Cómo califica el ciclo con Pedro Sarmiento en el equipo?
Se puede definir como de remodelación. Con ellos dos nos tocó muy duro, había un grupo de jugadores difícil, muy dividido, que teníamos que trabajar. Todo eso costó mucho. Había gente que le gustaba otra cosa y se entrenaba detrás de las porterías. Cuando vinimos a trabajar de otra forma, llegó el choque. Pero conseguimos cosas buenas. Dimos un paso.
¿Le costó mucho separarse de Pedro Sarmiento como compañero de trabajo?
Fue duro, hay mucha gente que no entiende lo que pasó, pero lo que pasó solo lo sabemos Pedro y yo. Fue dura esa separación. Me tocó lo más duro porque mi contrato era a un año y la gente interpretó mal las cosas. He sido leal y fiel y más con mi hermano Pedro Sarmiento.
¿No tuvo dificultad con Pedro Sarmiento cuando salió del Once Caldas?
Cuando uno está casado todos los días tiene problemas. Y todo eso se soluciona y es me pasó con Pedro. No todo es color de rosa. Con Pedro alegamos, muchas veces, pero primero era la amistad y la hermandad, siempre juntos.
¿Usted se quedó porque tenía un contrato más extenso?
Eso lo sabíamos todos. Yo no podía entregar mi cargo en el Atlético Nacional así como así. A mí no me echaron de allá. Estaba bien. Nunca tuve problemas con nadie.
Se quedó solo en el Once Caldas como técnico, ¿cómo completó el grupo de trabajo?
Había una lista de asistentes y preparadores físicos opcionados. Tenía una terna con la Comisión Técnica del Club y los primeros candidatos pusieron muchos peros. Veían el equipo colgado en la tabla del descenso, no veían nómina y no quisieron. Pedían contrato a un año. Nosotros corrimos el riesgo y acá estamos. En ese orden me decidí por Mauricio Roldán, el preparador físico, y Andrés Felipe Rozo, el asistente técnico, ambos muy capacitados. De Néstor Mario Marín y Gustavo Vinasco no hablo porque ya estaban acá y sabemos de sus cualidades. Nos juntamos, nos entendimos y acá vamos.
Usted ha pregonado que no ha ganado nada ¿esperaba los resultados que se han logrado hasta hoy?
La gente se enoja porque perdemos un partido acá o no ganamos por fuera. No es fácil. Gracias a Dios, con el apoyo de los directivos, los jugadores se comprometieron y todo es fruto de todos. Sin tanto nombre y sin tanta cosa se están jugando el alma por el Once. Los que vinieron, llegaron a luchar por este equipo. La gente dice que no he ganado nada y he sido campeón en dos veces con el Real Cartagena y dos con Atlético Nacional. Yo no tengo el discurso de los técnicos de ahora, pero sí tengo el mismo trabajo y capacidad.
Usted habla de la importancia del grupo... ¿con Pedro Sarmiento hicieron una depuración y usted hizo la otra?
Se hicieron muchas cosas que no quiero tocar. Uno debe andar con jugadores que crea pueden jugar acá. El semestre pasado los jugadores los escogimos nosotros. Unos dos dieron resultados, sumaron... ahora nos toca volver a depurar hasta que encontremos el punto ideal. No es fácil porque la parte económica pesa. Yo quisiera traer más jugadores, los que muchos de ustedes piden, pero ellos, viendo en lo que estaba el equipo, dijeron que no.
Este equipo que tiene hoy, de 1 a 10, ¿cuánto lo llena?
Le doy un 8, porque son jugadores que luchan, trabajan y no se quejan por nada. Emociona trabajar con ellos. Lo que se les pide lo hacen.
Y disciplinariamente, de 1 a 10, ¿cuánto le pone?
Esa pregunta es para ellos. Le digo, el día de mi cumpleaños este grupo que demostró en el camerino lo que es. Nunca nadie me había expresado ese cariño. Así, uno se mata por ellos. Esto es de resultados y ellos son los que definen en la cancha.
¿Se pone nervioso con el comportamiento hoy de la tabla de posiciones en la Liga?
Todos nos ponemos nerviosos, no podemos engañar. Uno ve los partidos, ve los resultados y claro que sufre. Mire el semestre pasado, casi nos saca América. Tenemos que pensar en nosotros, en nuestras capacidades, por algo estamos acá.
La gente le pide más elaboración y goles, ¿tienen razón?
Nosotros tenemos elaboración, así hemos hecho muchos goles. ¿Qué es jugar bien? ¿Qué es jugar bonito? Para ganar hay que hacer un más que el contrario. A veces jugamos muy bien y no la metemos, a veces jugamos mal y la metemos. En este momento hay es que ganar, después vendrán las otras cosas. Si me dan el super-equipo me toca ponerlo a jugar bien y a ganar.
Y después de clasificar ahora el hincha quiere final y título, ¿qué opina?
La gente ahora pide título y es normal. Eso se van dando, cuánto llevan Nacional o América sin ganar algo. Estamos a tres puntos del América y nos estamos dando garrote. Estamos ahí.
Jorge Enrique Vélez, presidente de la Junta Directiva, coincidió con usted de que quiere final y título, ¿qué piensa?
Tenemos que estar convencidos. Invito a todo el mundo, debemos de caminar juntos hacia esa meta. Debemos empujar todos. Por un partido no podemos ser los malos del paseo. Este equipo en los cuadrangulares será bravo. El equipo se me bajó con la lesión de Mateo. El único partido malo que hemos tenido en el semestre fue contra Patriotas. Acá, como locales, los hemos sometido a todos.
¿Qué siente al ver cómo la gente le corea su nombre y en las redes le dicen viejo querido?
Me da pena, soy tímido, no esperaba eso de la afición. No he logrado casi nada, tengo la confianza de todos ellos, pero sí es algo que no esperaba. Es bueno y bonito, pero no es solo Hernán Darío Herrera, somos todos.
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