Los jugadores de la selección española Nico Williams, Mikel Oyarzábal y Lamine Yamal, durante el entrenamiento realizado este sábado en su cuartel general de Donaueschingen, donde el combinado prepara el partido de la final de la Eurocopa 2024 que disputarán ante la selección de Inglaterra el próximo domingo en el Olympiastadion de Berlín.

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 Los jugadores de la selección española Nico Williams, Mikel Oyarzábal y Lamine Yamal, durante el entrenamiento realizado este sábado en su cuartel general de Donaueschingen, donde el combinado prepara el partido de la final de la Eurocopa 2024 que disputarán ante la selección de Inglaterra el próximo domingo en el Olympiastadion de Berlín.

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EFE | LA PATRIA | Berlín

La selección española de fútbol ya descansa en su hotel de concentración en Berlín, el mismo en el que se alojó en vísperas de su debut en la Eurocopa 2024, donde fue vitoreada por un centenar de aficionados que recibieron a Lamine Yamal con el cántico de 'cumpleaños feliz' a 24 horas de la disputa de la final ante Inglaterra en el Olímpico de la capital alemana.

España repitió el mismo plan que tan buen resultado le dio en su primer partido en el torneo, disputado en el escenario de la final, con triunfo 3-0 ante Croacia. En esta ocasión fue diferente la salida, el adiós a Donaueschingen, la pequeña localidad ubicada en la selva negra donde han preparado alejados del ruido cada partido de la Eurocopa.

Tras el entrenamiento matinal, la última sesión de la temporada, en el centro deportivo SV Aasen, a primera hora de la tarde llegó el momento especial de la despedida al complejo de lujo Del Öschberghof, donde los 26 internacionales han disfrutado de todo tipo de comodidades en su hotel de concentración. 

Hasta tuvieron tiempo para pasear en bicicletas por las praderas que rodeaban el complejo con varios campos de golf que durante muchos días han servido para desconectar unas horas del fútbol a los jugadores.

Con una foto de familia en la puerta de la expedición española, y posteriormente con todos los trabajadores del complejo hotelero, la selección se despidió de un lugar que queda en sus mejores recuerdos, como Neustift en 2008, una pequeña localidad en Austria que se asemejó mucho a lo vivido en el presente.

Tras la despedida, la expedición española completó 130 kilómetros por carretera hasta el aeropuerto de Stuttgart y desde allí voló rumbo a Berlín, para completar un último viaje en el torneo de 750 kilómetros de distancia antes del regreso a casa el lunes. La llegada al Grand Hyatt Berlín, entre grandes medidas de seguridad, estuvo marcada por el caluroso recibimiento de un centenar de seguidores que gritaron a los jugadores y cantaron a Lamine Yamal. 

 


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