Fotos | Andrés Villamizar | LA PATRIA  Alberto de Jesús Jiménez Giraldo se ubica en la esquina de la carrera 19 con calle 20, cerca a las plazoleta Alfonso López.

Fotos | Andrés Villamizar | LA PATRIA

Alberto de Jesús Jiménez Giraldo se ubica en la esquina de la carrera 19 con calle 20, cerca a las plazoleta Alfonso López.

LA PATRIA | MANIZALES

Manizales es la ciudad con menor número de trabajadores informales en el país. Así lo destaca el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), que reportó una tasa del 32,7% para enero - marzo del 2023, un descenso de 1,7 puntos frente al registro del mismo trimestre del 2022.

¿Pero esto significa que la ciudad está muy bien o simplemente que la situación de la informalidad es más grave en otras partes del país?

Para Alejandro Barrera, analista económico, las cifras son positivas porque cumplen con la agenda 2030 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para Colombia (documento Conpes 3918), que establece la meta de la tasa de formalidad en el 60%, Trabajo decente y crecimiento Económico.

“La ciudad está cumpliendo con una década de antelación, eso es sinónimo de una estructura económica, social y cultural diferente en comparación con el resto del país”, reconoció.

Sin embargo, dijo que se trata de una tasa que sigue siendo alta y que afecta la calidad de vida de los trabajadores. También genera bajos e inestables ingresos, así como la falta de seguridad laboral y salud.

Hay más posibilidad de que dichos empleados y sus familias entren en condición de pobreza y se afecta la competitividad de los negocios y sus probabilidades de acceder a otros mercados del país.

 

¿Qué dicen?

Otra cosa piensan los empleados informales, quienes defienden y están agradecidos con su trabajo, pues aseguran que, por lo menos, es una posibilidad de generar ingresos y llevar el pan a su hogar. Por eso algunos comentan:

"Por lo menos no se le rinde cuentas a nadie".

"La ventaja es que uno se ahorra de pagar arriendo y servicios".

"La desventaja es que llueve y se dañan las ventas".

"Con lo poquito o mucho que se vende nunca ha faltado la comidita".

Dentro de este grupo, por ejemplo, están Alberto de Jesús Jiménez Giraldo y Edilma Guapacha, dos personas que entrevistó LA PATRIA y quienes hoy hacen parte de cerca de 75 mil 437 trabajadores informales en la capital caldense que registró el DANE en el informecorrespondiente al periodo diciembre (2022)- febrero (2023).

Las cifras dan cuenta que hubo una disminución en el número de trabajadores informales con respecto al mismo periodo inmediatamente anterior, cuando la ciudad albergaba 76 mil 469 personas dedicadas a esas actividades (ver infográfico informalidad en Manizales).

En esa tarea del rebusque los vendedores ambulantes y estacionarios del Centro de la ciudad explican que empezaron a trabajar en las calles por una necesidad puntual. Muchos pensaron que podía ser un despegue temporal. Sin embargo, les fue bien y decidieron quedarse, además de no tener jefes por lo que muchos dicen que encontraron en esta actividad la independencia que soñaron.

 

De ebanista a embolador

Algunos veteranos reconocen la dificultad de las calles, considerando además que no faltan los problemas de salud y las complicaciones para ser atendido en una EPS. Es el caso de Alberto de Jesús Jiménez Giraldo, de 81 años.

Hoy se pasea la Plazoleta Alfonso López o se ubica en la esquina de la carrera 19 con calle 20, en el Centro de la ciudad, en busca de algún cliente que desee brillar sus zapatos. El lustrador recuerda que a sus 20 años laboraba en ebanistería, pero el polvo de la madera le causó problemas de respiración y empezó a padecer de asfixia. "No pude volver a trabajar nunca más. Me ahogaba subiendo pendientes", sostiene.

Por eso no encontró otra opción que observar y aprender cómo embolar botasy desde entonces, cerca de 60 años, carga con su cajón de madera, 11 cepillos y cuatro trapos para brillar zapatos. "Yo con este oficio ya me muero", sostiene.

 

De formal a informal

Las circunstancias por las que Edilma Guapacha está en la informalidad son muy diferentes. Hoy, la vendedora recorre las calles de la ciudad comercializando empanadas, tortas de carne, mondongo, tinto, y chicharrones, en su carrito de comidas rápidas, Delicias Juank; sin embargo no siempre fue así.

La comerciante tuvo su restaurante ubicado en el Centro de Manizales, pero se vio obligada a cerrar el establecimiento tras las dificultades financieras que trajo la pandemia de la covid-19. Aunque ya no cuenta con su local, la vendedora no lamenta la situación y la ve con optimismo. "Hay que reinventarse y levantarse de las caídas con más ganas. La ventaja es que nos ahorramos el arrendamiento y las facturas porque producimos desde la casa", dijo.

 

Mejorando

Alejandro Barrera reconoce que la informalidad les genera beneficios a corto plazo, por ejemplo no tener que pagar impuestos. Sin embargo, no todo es color de rosa, luego trae unas repercusiones como no contar con una pensión después de cumplir el ciclo de edad productiva. Asimismo, el trabajo formal tiene unas ventajas importantes, “como una remuneración económica integral y garantías de derechos en su condición laboral. Todas las estadísticas oficiales muestran precisamente la desventaja económica y social del trabajador informal”, sostuvo Barrera.

Para Natalia Mejía Franco, directora del programa Economía y Finanzas de la Universidad de Manizales, es crucial seguir formalizando las empresas. Expresa que esa tarea no es solo responsabilidad de los empresarios, sino de los entes gubernamentales y del Gobierno nacional.

“Para esto es importante insistir en la disminución de impuestos, y en la flexibilización de la regularización de las micro y pequeñas empresas, porque siguen exigiendo muchos requisitos y además cumplirlos es costoso”, señaló la analista.

También consideró que aunque la flexibilización laboral es un tema polémico, es momento de pensar estrategias que dinamicen la rigidez en la contratación laboral. “Si es una queja constante del empresariado, entonces es necesario llegar a un consenso con el Gobierno, sin descuidar las condiciones y la calidad del empleo del trabajador. Hay que ver qué pasa con el proyecto de reforma laboral radicado en el Congreso de la República”, indicó.

 

Frente a otras ciudades

De acuerdo con el último informe del DANE esta es la tasa de la población ocupada de manera informal en las 23 principales ciudades de Colombia.

* Manizales 32,78%.

* Bogotá 33,4%.

* Medellín 40,6%.

* Tunja 41,1%.

* Bucaramanga 45,1%.

* Armenia 45,3%.

* Pereira 45,6%.

* Ibagué 46,2%.

* Cali 49,1%.

* Neiva 52,7%.

* Cartagena 54,4%.

* Villavicencio 55,6%.

* Popayán 57,3%.

* Pasto 57,6%.

* Barranquilla 58%.

* Promedio nacional 58,2%.

* Cúcuta 58,7%.

* Florencia 59,5%.

* Quibdó 61,1%.

* Montería 62%.

* Santa Marta 63%.

* Valledupar 63%.

* Riohacha 67,3%.

* Sincelejo 67,4%.

 

Qué es un vendedor informal

La definición adoptada por el DANE para la medición de la ocupación informal se basa en la resolución de la 17 CIET de la OIT. La ocupación informal se mide teniendo en cuenta, tanto a la empresa (sector) para los independientes, como a la condición del puesto de trabajo para asalariados. También son ocupados informales, por definición, todos los trabajadores sin remuneración.

 

En el país

La tasa de informalidad en Colombia para el trimestre enero - marzo fue del 58,2%, una caída de 0,2 puntos respecto al mismo indicador del periodo inmediatamente anterior.

 

La reforma laboral

Para Juan José Silva, expresidente de Fenalco Caldas, es necesario dar un debate serio frente a la reforma laboral propuesta por el Gobierno de Gustavo Petro. “Hay que advertirlo. A raíz de la reforama, la tasa de desempleo, un indicador que venía a la baja, podría comenzar a subir, con unas repercusiones inmediatas en la calidad de vida y condiciones de seguridad y convivencia”.

Agregó que podría empezar a destruirse el tejido empresarial en el país y aumentarse la informalidad. “Esta es una reforma, no para generar empleo, sino para mejorar las condiciones de quienes están empleados y, por ende, esto va a dificultar el empleo de todos los que ejercen una actividad económica, desde la gran industria y la empresa hasta la tienda de barrio que le aportan al desarrollo y al bienestar del país, más cuando el 90% de los empresarios son pymes”, sostuvo.

La firma Crowe advierte en su informe Reformas laborales en América Latina, que una de la mayores críticas a la reforma es que traería “un encarecimiento del empleo o un desincentivo a la firma de contratos laborales y se limitarían la creación de puestos de trabajo y la formalización laboral.

 

Opinan los vendedores informales

Edilma Díaz, vendedora informal

Con los años uno se cansa de trabajar (formalmente), entonces es mejor estabilizarse en este trabajo y así es más suave. Cuando hay invierno nos da duro porque bajan considerablemente las ventas.

 

José Betancur Londoño, vende variedades

Fui pintor y trabajé en construcción, pero empecé a vender en la calle y dejé esos trabajos para dedicarme a vender en la calle. Hay mucha competencia, pero ahí sobrevivimos.

 

Fernando Castrillón, vendedor informal

Ser vendedor informal es tratar de salir uno adelante por sus propios medios, debido a la falta de empleo y recursos se busca progresar de manera independiente. Algo se hace y no perdemos el día, gracias a Dios.