Lucelly Santa, repostera de Santa Rosa de Cabal (Risaralda), quien se ve afectada por el paro camionero pues no puede pasar a llevar sus pedidos.

Fotos | Cortesía | LA PATRIA Lucelly Santa, repostera de Santa Rosa de Cabal (Risaralda), quien se ve afectada por el paro camionero pues no puede pasar a llevar sus pedidos.

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LA PATRIA | PEREIRA

Doña Lucelly Santa y su sobrina Luisa Juliana López trabajan juntas en su emprendimiento de repostería artística. Atienden pedidos entre Santa Rosa de Cabal, Pereira y Dosquebradas.

Ambas están radicadas en el primer municipio, donde elaboran los pasteles y gestionan los encargos de sus clientes. Casi a diario deben viajar a Dosquebradas y Pereira para cumplir con las entregas, y así han operado durante los últimos seis años.

Normalmente, el trayecto les toma unos 20 minutos en su vehículo. Sin embargo, el paro camionero les complicó la movilidad este miércoles (4 de septiembre).

Los camioneros se ubicaron en el sector de La Romelia, en la entrada a Dosquebradas, desde las 9:00 a.m. y mantenían un flujo intermitente, abriendo en intervalos de 15 o 20 minutos para que pasaran los vehículos. Esto permitía que los carros avanzaran, con cierta lentitud, pero al menos poder movilizarse.

Pero desde las 2:00 p.m. realizaron un cierre total de la vía. Este taponamiento en el sector afectó a Lucelly y a Luisa Juliana, que debían entregar un pedido en el sector de Bosques de la Acuarela, en la tarde del miércoles.

 

Su odisea

Salieron de su casa antes de la 1:00 p.m., previendo la situación de movilidad. El tráfico lento les tocó en la bajada de Boquerón. “Llegamos a la cola del trancón entre 1:10 y 1:20 p.m., y logramos pasar casi a las 3:00 p.m.”, relata Lucelly.

Después de su entrega debían ir a Pereira a realizar una diligencia personal. En la ciudad el tráfico era el habitual para ellas. No obstante, en el regreso se encontraron una larga fila de vehículos que no se movía.

A las 6:40 p.m. estaban en La Niña, aproximadamente a 20 cuadras de La Romelia. Ese tramo lo recorren en un día normal en cinco minutos. “Estábamos quietas por momentos muy largos. A veces avanzaba, pero muy poquito. La espera más larga fue cuando llegamos al puente antes de La Romelia, ahí duramos casi una hora sin movernos”, cuenta Lucelly.

Durante la espera, se entretuvieron resolviendo una sopa de letras y escuchando baladas y música. “La ventaja es que estábamos juntas y nos pusimos a hablar y a escuchar música", agrega.

A eso de las 7:30 p.m. tuvieron esperanza. Los vehículos que iban en sentido a Pereira empezaron a descender y pensaron que pronto les habilitarían la vía a ellas también. Sin embargo, no fue así. Lograron cruzar el puesto de control de buses intermunicipales alrededor de las 9:30 p.m.

Llegaron a su casa casi a las 10:00 p.m., agotadas de estar sentadas en el carro por más de tres horas sin poder avanzar ni comer. “En el regreso no había nada para comer, no había vendedores, quizás porque era muy tarde”, menciona la mujer.

Lucelly y Luisa tienen un pedido para un matrimonio este sábado (7 de septiembre), pero si la situación sigue así, tendrán que cancelar la entrega del pastel. Sus viajes a Pereira y Dosquebradas quedan suspendidos hasta que tengan las garantías para movilizarse y entregar sus pedidos a tiempo.


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