Los restos

Foto | Cortesía Q'HUBO Pereira | LA PATRIA Restos del padre Darío Valencia.

Los restos del padre Darío Valencia Uribe ya están en las instalaciones de Medicina Legal en la ciudad de Cali, donde se encuentra el laboratorio de Genética del CTI de la Fiscalía General de la Nación y será allí donde se cotejen las muestras y se establezca la coincidencia con el ADN de la madre y la hermana.

 

Se espera que los resultados se entreguen en un plazo de aproximadamente 15 días ya que es un caso priorizado; por lo regular estos procesos se pueden demorar por lo menos 3 meses. Los médicos forenses analizarán las muestras para confirmar lo que todos esperan: la identidad del sacerdote, contó Q'HUBO Pereira.

Cabe recordar que los restos de Darío Valencia fueron hallados a las 11:50 de la mañana del viernes 20 de septiembre en la vereda Patio Bonito del municipio de Belalcázar.

 

En el desarrollo de la investigación se pudo conocer que Julián Eduardo, que transportó el cuerpo de Valencia Uribe en su propia camioneta, tomó la vía La Virginia - Viterbo y se detuvo en la estación de gasolina del sector de Acapulco para tanquear. Posteriormente, optó por una vía alterna que conduce a las veredas de Belalcázar con el fin de evitar el peaje.

Julián Eduardo llegó a la zona veredal en la camioneta Nissan Frontier gris, con placa GKL 427, la cual estacionó en el costado derecho, bajó el cuerpo del sacerdote y lo lanzó  a un abismo de aproximadamente 40 metros de la vía principal.

Después de cometer el crimen, se dirigió al municipio de Viterbo, donde guardó la camioneta en un parqueadero del casco urbano, alrededor de las 2:30 de la tarde del jueves 25 de abril, tras lavarla. Pretendía dejarla guardada allí durante un mes.

Este miércoles, monseñor Rigoberto Corredor Bermúdez dará una rueda de prensa para pronunciarse sobre este caso y brindar información adicional relacionada con el padre Darío Valencia, luego de una reunión que sostuvo con la Fiscalía donde conoció los pormenores del suceso.

César Augusto  Bolaños, director Seccional de la Fiscalía de Risaralda, se reunió con el obispo de Pereira para darle a conocer de primera mano cómo va la investigación.

 

El CTI además de sus investigadores, contó con su guía canino y la perrita Darcy, una canina que tiene 8 años de experiencia en ubicación de personas en estado de descomposición y restos óseos. El viernes pasado, a las 11:50 a.m., Darcy ubicó el cráneo, se sentó y dio la señal.

Tal y como lo dijo el presunto asesino, el cuerpo estaba en un abismo, a 40 metros de la vía principal. Técnicos judiciales de La Virginia fueron los encargados de concluir el proceso transportando los restos a Medicina Legal.

 

El padre

El padre Darío Valencia Uribe tenía 59 años, nació en Risaralda, Caldas y le sirvió a la Iglesia durante 33 años. Fue directivo de la Universidad Católica de Pereira y del Seminario Mayor. Estudió teología en Roma y ante todo era un entregado a su comunidad.
Le sobrevive su madre y una hermana, pues su padre Elí Valencia murió en julio de este año sin saber qué había pasado con su hijo.

 

Cambia el delito

Desde el inicio de la investigación, a Julián Eduardo se le abrió un proceso por desaparición forzada, delito que como pena mínima contempla 40 años de prisión y ninguna rebaja.
Ahora, con la confesión y el hallazgo del cadáver del padre, la investigación será por homicidio agravado y porte de armas, delito que si bien tiene una condena alta, sí contempla el beneficio de la rebaja de pena mediante un preacuerdo.
El abogado Renato Marín, quien representa a la Diócesis
de Pereira en el proceso en el cual se declaró víctima, le explicó a este medio que, cuando el indiciado pise tierras colombianas se le imputarán los cargos mencionados. Se espera que este busque de
inmediato realizar una negociación con la Fiscalía y acepte los cargos ante un juez de garantías para lograr una condena rápida con los beneficios correspondientes.

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