LA PATRIA | Villa de Leyva

En el corazón del altiplano cundiboyacense, a solo 12 kilómetros de Villa de Leyva, está el viñedo Ain Karim, un testimonio vivo de la pasión y dedicación de su fundador, Pablo Toro, un manizaleño que encontró en esta bebida la forma de dejar huella, tras su fallecimiento, y un legado a sus herederos.

Quienes tienen la oportunidad de hacer el recorrido descubren no solo la historia de cómo surgió este emprendimiento, si no que conocen del proceso de producción del vino, desde el cultivo de la uva hasta su embotellamiento.

LA PATRIA llegó al lugar a través de la estrategia 'País de la Belleza' de Procolombia, que busca mostrar al mundo lo mejor del país, desde sus paisajes hasta sus proyectos innovadores y productos de alta calidad como los que se elaboran en este viñedo.

Comienzo

La historia de este emprendimiento vinícola comienza con la visión de Pablo, un ingeniero mecánico y apasionado por el vino. Después de estudiar enología en Davis (California), regresó a Colombia con el sueño de establecer su propio viñedo.

Luego de años de investigación, encontró el lugar perfecto en el valle de Sutamarchán (Boyacá), donde los suelos áridos y los microclimas únicos crean condiciones ideales, para la producción de uvas de alta calidad.

Tras 36 años de su fundación se ha convertido en un destino imperdible para cualquier amante del vino. Según Tomás, guía del lugar, "el viñedo es un testimonio de la calidad y la tradición que se ha construido a lo largo de los años, gracias a la visión y al legado de nuestro fundador, Pablo Toro".

Gabriela es la marca de vino que sirve Tomás a un turista del viñedo Ain Karim.

El recorrido incluye visitas al cultivo y a la cava, y termina con una cata de vinos y sus respectivos maridajes.

En homenaje a Gabriela, esposa de Pablo, fallecida hace dos años, se creó un vino con su nombre en colaboración con Chile. Este vino lo encuentra en cinco referencias: Syrah, Malbec, Carmener, Pinot Noir y Chardonnay.

Con su esposa, Gabriela, Pablo fundó Ain Karim, cuyo nombre en hebreo significa "fuente de prosperidad".

Actualmente los herederos del manizaleño Pablo Toro continúan su legado al igual que la pasión por el vino. Asimismo, trabajan para posicionar el viñedo como un referente en la industria vinícola.

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