Foto | EFE | LA PATRIA Friedrich Merz, presidente de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) de Alemania

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Friedrich Merz, presidente de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) de Alemania

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EFE | LA PATRIA | BERLÍN

Los conservadores volverán al Gobierno en Alemania luego de tres años luego de ganar las elecciones generales ayer, pero se verán obligados a formar una coalición de gobierno en un momento geopolítico convulso y con una ultraderecha más fuerte que nunca en la oposición.

El bloque conservador formado por la Unión Cristianodemócrata (CDU) y la Unión Socialcristiana (CSU), habrían obtenido entre un 28,4% y 28,8%, según los pronósticos de las cadenas públicas ARD y ZDF.

“Hemos ganado estas elecciones al Bundestag (Cámara Baja). El mundo no espera y tampoco nos espera a nosotros ni a largas y difíciles negociaciones de coalición”, señaló el que será el próximo canciller de Alemania, Friedrich Merz.


Posible coalición

“Ha llegado el momento de hablar intensamente entre nosotros, después de las elecciones regionales de Hamburgo (el 2 de marzo). Espero que hayamos terminado de formar Gobierno como muy tarde en Semana Santa”, dijo Merz a la cadena Phoenix.

La CDU no tendrá mayoría en la Cámara Baja, para lo que hacen falta 316 de los 630 escaños, por lo que tendrá que negociar una coalición, probablemente a tres bandas, aunque le hubiera gustado hacerlo solo con una fuerza para dar mayor estabilidad al Gobierno.

Si el partido populista de izquierda Alianza Sahra Wagenknecht (BSW) no entrase en el Parlamento las cifras darían para una ‘gran coalición’ de socialdemócratas y conservadores.

Eso en un momento en el que la nueva administración estadounidense de Donald Trump sacude los cimientos de la relación transatlántica, la guerra rusa en Ucrania está a punto de entrar en su cuarto año con unas posibles negociaciones de paz en las que la Unión Europea (UE) hoy por hoy no tendrá una silla en la mesa.

Merz afirmó que en EEUU hay un Gobierno “al que no le importa lo que pasa en Europa” y que no se hace “ilusiones” con respecto a la Administración de Trump a la luz de las injerencias en la campaña alemana del magnate tecnológico Elon Musk.

En el interior, el conservador se enfrenta al reto de sacar a la primera economía europea de la recesión. Además, ha condicionado un acuerdo de coalición a un pacto en migración, ya que quiere fomentar las deportaciones y cerrar las fronteras a la inmigración irregular.

El líder de la CSU, Markus Söder, advirtió de que, “si no se logra ese cambio de política, eso puede dar todavía más fuerza a los radicales” de la ultraderecha.

Ultraderecha primera fuerza de oposición

Merz tendrá en la bancada de la oposición en el Parlamento como primera fuerza de la oposición a AfD, cuya candidata a canciller, Alice Weidel, dijo que su mano “siempre está tendida para entrar al Gobierno y hacer realidad la voluntad del pueblo”.

AfD entró por primera vez en el Parlamento germano en el 2017 con un 12,6 % y se convirtió en el primer partido de la oposición al formarse una gran coalición entre socialdemócratas y conservadores, cuyo líder reiteró su rechazo tajante a cooperar con la ultraderecha.

Descartada una coalición con AfD, Merz podrá pactar una coalición con el Partido Socialdemócrata (SPD), que registró el peor resultado desde 1890, con un 16,3% y 16,4%, un dato “amargo”, admitió el canciller en funciones, Olaf Scholz, cuya carrera al más alto nivel político habrá acabado.


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