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Las autoridades sirias atribuyeron el colapso a "una filtración de agua en los cimientos del edificio".
EFE | LA PATRIA | Damasco
Un total de 18 personas, entre ellas nueve niños, murieron este domingo tras derrumbarse un edificio de cinco plantas en el que vivían unas siete familias en la provincia de Alepo, en el noroeste de Siria, informaron diversas fuentes.
Una fuente del Ejército sirio dijo en condición de anonimato que los equipos de rescate concluyeron sus tareas y contabilizaron un total de 18 cadáveres de entre los escombros, mientras que socorrieron a cuatro heridos en el derrumbe del edificio, en el que habitaban unas 35 personas.
La agencia de noticias oficial siria SANA dijo que el edificio residencial, donde vivían un total de siete familias en el barrio de Sheij Maqsoud de Alepo, colapsó hacia las 3:00 de la madrugada del domingo (hora local).
Por su parte, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos informó sobre la muerte de 15 personas, entre ellas un recién nacido, ocho niños y cinco mujeres.
La organización, con sede en el Reino Unido pero con una amplia red de colaboradores sobre el terreno, dijo que las personas que perdieron la vida en el colapso eran desplazadas de la ciudad de Afrín, situada en el extremo noroeste de Siria, arrebatada en 2018 a las fuerzas kurdas por tropas turcas y sus milicias aliadas.
Las autoridades sirias atribuyeron el colapso a "una filtración de agua en los cimientos del edificio", ubicado en Sheij Maqsoud, un área bajo control de las Fuerzas de Siria Democrática (FSD), una alianza liderada por kurdos y respaldada por Estados Unidos.
El comandante de las FSD, Mazlum Abdi, arremetió contra Damasco por el colapso del edificio, puesto que "durante años" el Gobierno sirio "ha impedido la entrada de materiales básicos al barrio y ha evitado cualquier esfuerzo para devolverle la vida y la estabilidad", dijo en Twitter.
El pasado septiembre, once personas murieron en otro derrumbe de un edificio residencial en Alepo, que fue bombardeado violentamente con bombas de barril y misiles a finales del 2016.
Según el Observatorio, debido a la pobreza y las malas condiciones de vida en el país, miles de familias viven en edificios residenciales dejados en ruinas por los bombardeos y ataques aéreos durante la guerra que sacude Siria desde el 2011.