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Grupos de personas migrantes protestan la madrugada de hoy, en la ciudad de Tapachula, en el estado de Chiapas (México).
José de Jesús Cortés
EFE | LA PATRIA | San Pedro Tapanatepec (México)
Miles de migrantes suramericanos, la mayoría venezolanos, se encuentran varados en San Pedro Tapanatepec, Oaxaca, saturando los servicios públicos al no poder continuar su camino hacia el norte de México, luego de que Estados Unidos anunció que no permitirá su ingreso de forma ilegal.
La noticia les cayó como agua fría tras haber avanzado más de 3.000 kilómetros desde sus ciudades de origen, mientras autoridades de Tapanatepec informaron que los servicios de agua potable, energía eléctrica y transporte están colapsados ante la presencia de los miles de migrantes.
Desde el Istmo de Tehuantepec, Soideth, una migrante entrevistada por EFE, hace un llamado al presidente estadounidense, Joe Biden, para que permita el ingreso de más personas migrantes y no frene el éxodo de miles, especialmente venezolanos.
Recientemente, el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos informó de un programa que otorga beneficios a los venezolanos que ingresen de manera legal a su territorio, como ofertas de trabajo.
Pero fue claro al informar que al ingresar de manera ilegal por México, no serán elegibles para los beneficios del nuevo programa migratorio.
“La noticia nos llegó como un balde de agua fría porque ya se están escuchando a varias personas que están devolviendo a los venezolanos, están deportando”, dijo en entrevista Yungeilis Socorro, migrante venezolana, de 24 años.
Refirió que mucha gente ha destinado recursos para llegar a la frontera entre México y EE.UU., mientras que el nuevo acuerdo los deja en la incertidumbre “mientras se formalizan como tal las nuevas condiciones para poder ingresar a Estados Unidos".
Y es que ingresar de forma legal a los Estados Unidos es prácticamente un ideal para los ciudadanos venezolanos que se encuentran en tránsito de alcanzar el sueño americano.
"El pasaporte venezolano es prácticamente una reliquia para todos aquí. Es muy difícil encontrarlo y el que lo tiene ya lo tiene vencido porque cobran hasta tomarte las huellas, tomarte fotografía”, refirió Auri Soto, otro migrante venezolano.
Soto afirmó que es muy difícil encontrar un pasaporte, con costos de hasta 1.500 dólares, por lo que los obligan a optar por atravesar la selva a pie.
El cambio en las leyes migratorias de Estados Unidos ha provocado el retorno de cientos de migrantes venezolanos al sur del país.
La mayoría pernocta en San Pedro Tapanatepec, donde se encuentra un módulo del Instituto Nacional de Migración (INM) en el que se otorgan permisos provisionales para transitar libremente por México.
El alcalde de San Pedro Tapanatepec, Humberto López, informó que en esta localidad hay al menos 8.000 migrantes, la mayoría de Venezuela, que han colapsado la atención del INM.
"Los trámites están un poco más desfasados por la misma cantidad de gente que está llegando, la capacidad humana que tiene en INM siempre se ve rebasada porque es muchísima gente”, reveló.
López estimó que se tienen procesos migratorios abiertos con entre 8.000 y 10.000 migrantes al interior del instituto migratorio, de las cuales entre el 70 y el 80 % son venezolanos.
Primeros deportados
Los primeros migrantes venezolanos deportados por Estados Unidos hacia la ciudad fronteriza mexicana de Tijuana llegaron durante la tarde del jueves y la mañana de este viernes, informaron distintas fuentes.
El hecho se produjo luego de que el pasado miércoles el Gobierno estadounidense emitió una medida conjunta con el mexicano para retornar de forma inmediata a aquellos migrantes del país suramericano que ingresen de forma irregular por la frontera.
Aunque según el Departamento de Seguridad Nacional esta medida es “para reducir la cantidad de personas que llegan a nuestra frontera sudoeste y crear un proceso más ordenado y seguro para quienes huyen de la crisis humanitaria y económica en Venezuela”, activistas señalan que se trata de una política que pone a la deriva a los migrantes.
Ven injusticia
Hasta el momento se sabe que fueron alrededor de 250 los migrantes deportados por el puerto fronterizo de El Chaparral.
Uno de ellos, el joven José Luis Acosta, compartió a medios que luego de estar seis días preso en un centro de detención migratorio en Calexico (EE.UU.), fue trasladado a San Diego y de ahí deportado esta mañana a Tijuana sin que le dieran ninguna información.
Otro caso es el de Cristhian Rangel, originario de la ciudad de Maracaibo, quien contó que cruzó el 10 de octubre por la garita de Mexicali, se entregó a las autoridades migratorias estadounidenses y estuvo preso ahí hasta la mañana de este viernes sin saber sobre esta nueva ley migratoria.
“Me enteré porque otra de las personas leyó la noticia en su celular y nos pareció injusto, pues yo ya estaba antes de que comenzara la ley y no tenían por qué deportarme”, dijo.
Los migrantes ahora tienen la incertidumbre de qué van a hacer con sus vidas en esta ciudad que no conocen, aunque tienen claro que no pretenden ir a los albergues porque “ahí son como presos” y algunos refirieron que buscarán cómo establecerse, mientras que otros buscarán la manera de seguir intentando cruzar hacia Estados Unidos.
Buscan apoyarlos
Tras las deportaciones, la comunidad venezolana en Tijuana se dio a la tarea de buscar la manera de organizarse para poder apoyarlos, sobre todo a aquellos que dejaron todo su patrimonio para cruzar hacia Estados Unidos.
Frank Mijares, activista y restaurantero venezolano en la ciudad, señaló que se tomó la tarea de solicitar la colaboración de otros venezolanos para apoyar mediante una colecta de ropa y alimentos, a fin de hacerlos llegar a los centros donde están sus paisanos.
Sostuvo que no están en facultad de poder organizarse, como sucedió en su momento con la comunidad de migrantes ucranianos, sobre todo porque no tienen una figura institucional de respaldo en esta región.
Sin embargo, dijo que verán cómo transcurre esta situación que tiene su grado de complejidad porque muchos están saliendo bajo engaños.
“Mucha gente se está viniendo engañada de Venezuela, los están haciendo pasar por situaciones muy difíciles, tanto por la selva, el cruce por todo Centroamérica, llegar a Chiapas y luego cruzar hasta la frontera, por un tema de que un gran porcentaje piensa que llegando a Estados Unidos los van a ayudar y les van a dar todas las comodidades y no es así”, apuntó.
El activista recalcó que la mayoría de estas personas llegan a Tijuana y se trasladan a San Luis Río Colorado y cruzan entregándose a las autoridades estadounidenses, mientras son acompañados en todo el proceso por polleros que les cobran hasta 6.000 dólares.
Temor por secuestros
Para activistas como Alberto Chávez, integrante de la organización Espacio Migrante, el temor es que, ante la saturación de albergues en la ciudad, los migrantes se verán expuestos a estar en lascalles y serán blanco fácil para las personas que tratan con personas, los llamados “polleros, y para la gente del crimen organizado que aprovecha para realizar secuestros.
“Es obvio el mensaje que están dando, es para cansar a las personas, inhibir que emigren, este año se quitó el Protocolos de Protección a Migrantes (MPP), pero al final sigue pasando lo mismo, los cansan para que regresen a sus lugaresde origen”, añadió Chávez.
Para Enrique Lucero, director de Atención al Migrante en Tijuana, el Instituto Nacional de Migración (INM) tiene “que dejarlos en un albergue, no los pueden dejar a la deriva, sería algo inhumano”.