Las plumas de las alas de una lora real (Amazona ochrocephala). 

Fotos | Cortesía | LA PATRIA

Las plumas de las alas de una lora real (Amazona ochrocephala). 

Las loras son carismáticas, pueden imitar sonidos y palabras y tienen plumajes coloridos, características que las hacen, lastimosamente, llamativas para quienes les arrebatan su libertad, las encierran en jaulas y las conservan en cautiverio como mascotas. Esa tenencia es ilegal.

Velar por el cuidado de la fauna silvestre es responsabilidad de todos, explicó Óscar Castellanos Sánchez, profesional universitario del programa de biodiversidad y ecosistemas de la Corporación Autónoma de Caldas (Corpocaldas), durante su charla en el Cuarto encuentro de clubes de avistamiento de aves de Caldas, organizado por Cotelco Caldas, el pasado 19 de septiembre. 

“La fauna silvestre le pertenece a la Nación y lo que es de la Nación es de todos. Las leyes y las normas en Colombia dicen que la responsabilidad del cuidado de los recursos naturales es de nosotros como ciudadanos, no solo de las autoridades, es uno de nuestros deberes”, afirmó.

El funcionario dio detalles sobre las amenazas que sufren, principalmente, las aves en el departamento: “La pérdida del hábitat básicamente se da por deforestación. También por incendios forestales y algunas acciones que son bastante impactantes en sus ecosistemas como la minería ilegal. Algunas especies más específicas son objeto de tráfico ilegal, como las loras, y algunos paseriformes, o sea, pájaros”. 

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Foto | Cortesía Cotelco Caldas | LA PATRIA Óscar Castellanos Sánchez, de Corpocaldas, durante su taller "La observación de aves, una mirada diferente hacia la conservación".

Rehabilitación

A la autoridad ambiental llegan aves a través de entregas voluntarias, incautaciones, reportes de ciudadanos y accidentes, la misión de Corpocaldas es realizar su rehabilitación hasta liberarlas en su hábitat, para que cumplan su función ecológica como la dispersión de semillas, señala Castellanos. 

“Buscamos que recuperen sus hábitos nutricionales y alimenticios, porque la mayoría llegan mal alimentadas y con procesos de inadecuada nutrición; que recuperen su comportamiento natural; que cuando se liberen estén fuera del alcance de las personas, o sea, que no las busquen o las ataquen, y que huyan de las personas y de sus predadores naturales”, indica. 

Precisó que a loras, periquitos y guacamayas, que hacen parte de la familia Psittacidae, les cortan sus plumas primarias y secundarias de las alas para facilitar su comercio ilegal y posesión. También se lastiman por estar encerradas en jaulas. 

Esta práctica hace que el proceso de rehabilitación se tarde hasta casi dos años. “Hay que extraerles sus plumas cortadas y hacer que nazcan nuevas plumas. Muchas veces en el nacimiento de esas nuevas plumas se presentan quistes o, por problemas de malnutrición que traen desde las casas, las plumas ya no vuelven a ser normales”, afirma. 

Además, luego de que tengan esas nuevas plumas, deben enseñarles a utilizar ese plumaje para volar. 

En Caldas, la Corporación tiene dos centros de atención y rehabilitación (CAVR): Montelindo, ubicado en Santágueda (Palestina), que se encarga del occidente, centrosur y norte de Caldas; y Bellavista en Victoria, que atiende el oriente del departamento.

Lora amazónica (Amazona amazónica) como mascota en una vivienda. 

¿Cómo denunciar?

Si conoce sobre alguna situación de riesgo, encuentra un animal silvestre herido o de un caso de cautiverio o tráfico, puede comunicarse al 310 288 34 62. También puede acudir a las líneas 123 de la Policía y a la Línea Verde de Corpocaldas 01 8000 968 813.

Penas por tenencia ilegal

Tráfico de fauna: el que trafique, adquiera, exporte o comercialice los especímenes o partes de la fauna o especies exóticas incurrirá en prisión de 5 a 11 años y multas de $300 millones hasta $40 mil millones.

Manejo ilícito de especies exóticas: quien introduzca, trasplante, manipule, comercialice, transporte, mantenga, experimente o propague especies silvestres exóticas o invasoras incurrirá en prisión de 4 a 9 años y multa de $167 millones hasta $18 mil 750 millones.

Guacamayas (Ara ararauna), víctimas de tráfico ilegal de fauna silvestre. 


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