En Colombia hay cerca de 10.000 hectáreas con cultivos de flores, principalmente en la sabana de Bogotá y en el departamento de Antioquia, y el 65 % de los puestos de trabajo lo ocupan mujeres.

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Los productores de flores de Colombia respiran más tranquilos porque podrán seguir exportando sin aranceles 900 millones de tallos a Estados Unidos, un mercado que llegó a estar en riesgo por las disputas entre los presidentes de los dos países en vísperas de San Valentín, la festividad estadounidense más romántica del año.

Estados Unidos es el principal mercado para las flores colombianas, un sector de gran peso económico, social y comercial pues es el segundo producto no minero energético exportado por el país, después del café, y un gran generador de empleo, con 200.000 puestos de trabajo.

Por eso el pasado 26 de enero la floricultura vivió horas de angustia cuando el presidente estadounidense, Donald Trump, ordenó la imposición de aranceles del 25% a todos los productos colombianos ante la negativa de su homólogo Gustavo Petro a permitir la entrada de dos aviones enviados por ese país con migrantes deportados, pero la restricción comercial finalmente no se concretó.

"Indudablemente lo que sucedió el domingo (26 de enero) fue un momento de desconcierto que causó un gran susto porque estábamos en la mitad de la temporada de San Valentín, de las dos más importantes para la floricultura (junto con el Día de la Madre) y eso (los aranceles) habría causado un desastre", dijo el presidente de la Asociación Colombiana de Exportadores de Flores (Asocolflores), Augusto Solano.

El empresario subrayó que los productores de flores no están en capacidad de absorber un impuesto del 25% y como "por lo general un arancel lo paga el importador en el momento de entrada del producto, probablemente en esas circunstancias (los compradores) habrían rechazado los pedidos".

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