¡Qué velocidad!
Señor director:
Para aquellos que gustan ver bólidos y gozan con la velocidad les tengo un excelente programa. Ubicarlos en cualquier sitio de la avenida Bernardo Arango, que conduce a Villa Pilar por el antiguo Terminal, para que veamos unas súper competencias de velocidad. Las motos y los carros pasan tan rápido que ni las placas se les pueden distinguir. Eso lo hacen estos intrépidos volantes, porque por ese tranquilo lugar no existe el más mínimo control.
Y ay de la viejita, el niño o cualquier persona que se atraviese, pues ahí mismo le expiden su pasaporte para San Esteban o para el quirófano de un hospital. Qué bueno sería una solución a esta improvisada autopista si la Secretaría de Infraestructura Municipal dispusiera la ubicación de unos cuantos pasos pompeyanos como reductores de velocidad o aplicara multas serias a los irresponsables conductores que viven enloquecidos al frente de un timón.
Bernardo Molina Marulanda
Electores tristes
Señor director:
Es de lamentar el retiro del Senado de dos eximios hombres públicos: Humberto de la Calle y David Luna, que le insuflaban al Congreso de la República dinamismo y probidad intelectual por lo alto, sin desconocer el amor patrio que siempre han dimanado. Sin duda que sus electores reciben un baldado de agua fría: están tristes.
Rogelio Vallejo Obando
Un refrán con don Efraim
Señor director:
En La Patria del martes 28 de enero don Efraim Osorio en sus Quisquillas refiere un refrán de la autoría de Pambelé de manera equivocada, así: “es mejor ser rico que no pobre”. El texto correcto: “Es mejor ser rico que pobre”. Como lo redacta don Efraim pierde el significado la comparación de lo dicho por Pambelé, es decir, las dos ideas son lo mismo, entonces, gramaticalmente carece de sentido.
Rigoberto Escudero Osorio