Manizales se aproxima a la celebración de sus 200 años de fundación, debe ser un momento para hacer un ejercicio de prospección territorial que contemple el horizonte del 2049. Es una ciudad intermedia, con clima agradable -tiene aire acondicionado propio-, su tamaño es el apropiado para que no se presenten eternas congestiones y cualquier vuelta se hace fácil y rápida. Sus servicios públicos son de óptima calidad, con parques bien cuidados y áreas recreativas que invitan a disfrutar el aire libre.
En los últimos años se ha convertido en una ciudad de adultos mayores, lo que la ha hecho atractiva para pensionados provenientes de grandes ciudades, quienes buscan un entorno tranquilo y saludable. Característica que exige que Manizales se adapte y fortalezca sus servicios para atender adecuadamente a esta población.
Ha logrado posicionarse como ciudad universitaria, con muy buena oferta cultural entre la que se destacan el Festival Internacional de Teatro y la Orquesta Sinfónica de Caldas, pilares que deben ser preservados y promovidos. La limpieza y el orden de sus calles son distintivos que la ciudad ha sabido conservar y su infraestructura urbanística goza de un buen mantenimiento que también hay que preservar. Tener una buena comunicación vial con el resto del país es crucial para continuar con su desarrollo. Es necesario mejorar las condiciones de la carretera a Mariquita construyendo las variantes a Padua y Fresno y mejorar los radios de las curvas en el recorrido entre Fresno y Mariquita.
Hay que consolidar el Área Metropolitana. La alta accidentalidad que presenta la Autopista del Café en el tramo entre la Estación Uribe y La Trinidad requiere atención urgente, si se tiene en cuenta el aumento del tráfico esperado en los próximos años. Villamaría necesita una vía alterna y el trazado de la carretera a Neira debe ser mejorado. Se deben aprovechar los sectores de San Bernardo y El Rosario como áreas de crecimiento y expansión, que entre otras están siendo limitados por el exceso de peajes que tienen alrededor.
La ciudad cuenta con sitios turísticos muy atractivos, como su Centro Histórico, siendo los principales el Nevado del Ruiz y la vía a Murillo, que por la alta afluencia de visitantes está requiriendo medidas de control ambientales. Es vital preservar en el tiempo el ecosistema que rodea al Nevado. El Kilómetro 41 debe ser un nodo turístico del occidente colombiano. Su gran fortaleza es su cercanía con el océano Pacífico y con la entrada en operación de Puerto Antioquia, en el Urabá antioqueño, que junto con las autopistas y las obras de infraestructura que están en construcción y están próximas a entrar en funcionamiento para acceder al nuevo puerto del caribe, acercará el Km 41 al océano Atlántico.
Es urgente que este corregimiento de Manizales disponga de un plan de ordenamiento territorial con el que se evite su crecimiento desordenado. Para incentivar su desarrollo, se requiere beneficios tributarios que sean atractivos y puede ser importante conseguir una empresa ancla que inspire confianza a posibles inversionistas, lo que sería un paso decisivo para transformar este sector en un gran centro empresarial. Finalmente, es fundamental que Manizales y la región centro sur cuenten con el funcionamiento de un aeropuerto internacional, lo que facilitará el acceso de turistas y empresarios, consolidando su crecimiento y desarrollo. Sin lugar a dudas ese aeropuerto nos lo merecemos.