Estamos en un momento en el que ya hemos inventado suficientes maneras de separarnos, odiarnos, atemorizarnos, dividirnos, clasificarnos y atrincherarnos. Sin embargo, una vez más, consideramos las conversaciones como una herramienta poderosa y vigente, el mejor medio para la construcción de un futuro compartido. Hoy, los empresarios nos lo demuestran: ¡están listos! Están listos para hablar, para enseñar, para conversar, para tejer redes, para construir en conjunto, para crecer, para compartir y para escuchar.
Desde 2021, a raíz del estallido social, desde Estoy con Manizales hemos trabajado en un ejercicio de diálogo que ha marcado un cambio significativo en la conciencia colectiva sobre las desigualdades y las necesidades de transformación social, a través de la conversación de Confianza Ciudadana. Entre 2022 y 2023 estos esfuerzos se consolidaron en la mesa de empresarios y jóvenes, en la que profundizamos en la necesidad de integrar a las nuevas generaciones en la discusión sobre el futuro económico y social del país. Se planteó una visión prospectiva al 2030 sobre la relación entre empresarios y jóvenes, abordando distintos retos y proponiendo, a través de cuatro mesas temáticas, 55 proyectos, actividades e ideas para alcanzar ese sueño.
Desde el Comité Intergremial de Caldas reconocemos la importancia de fortalecer la confianza y fomentar espacios de entendimiento mutuo. Nuestro objetivo es crear entornos seguros y respetuosos donde surjan o potencien ideas innovadoras. Por esto, hemos decidido apadrinar uno de los proyectos planteados, que busca acercar al empresariado y a los líderes emergentes como agentes de cambio social. Este es el propósito de nuestro proceso de After Office.
A través de estos encuentros informales que llevamos haciendo durante el año, promovemos la conexión personal y directa entre líderes empresariales, jóvenes universitarios, líderes emergentes y emprendedores. Esta interacción genera un ambiente propicio para la colaboración y la acción concreta, lo que, a su vez, impulsa el desarrollo del sector productivo de nuestra ciudad y dinamiza, fuera de las aulas, las discusiones académicas.
Fortalecer los lazos entre empresarios y jóvenes universitarios no solo contribuye al desarrollo individual de los futuros profesionales, sino que también asegura la sostenibilidad y el crecimiento de las empresas en el tiempo. Se construyen puentes que permiten la formación de líderes comprometidos con el bienestar colectivo y con la generación de soluciones para los problemas reales de sus comunidades. Esta sinergia impulsa el progreso del tejido social y económico, en el cual la prosperidad empresarial y social van de la mano, recordándonos que “no hay empresas exitosas en sociedades fracasadas”.
Hoy, vemos a empresarios listos y comprometidos para ayudar a cerrar la brecha entre la academia y la vida profesional. Empresarios dispuestos a compartir sus historias, frustraciones, fracasos y logros. Están preparados para ofrecer mentoría y apoyo, inspirando a las nuevas generaciones a perseguir sus sueños. Hoy estamos más cerca de cumplir esa visión en la que se dejan a un lado los egos, prejuicios y sesgos, dando paso a una transformación colectiva y con propósito. Juntos, podemos generar un impacto positivo y duradero en nuestra ciudad, creando un legado que beneficie a todos.