Dicen que ‘el poeta nace, el orador se hace’. Parodiando esta sentencia, podemos decir que el artista nace, el científico se hace. Adelanto esto, porque en el artículo en que habla de los profesionales del derecho, el columnista Flavio Restrepo Gómez dice: “Hablamos del noble arte del Derecho...”  (LA PATRIA, 17/10/2024). El derecho no es un ‘arte’, es una ‘ciencia’. Ésta (del latín ‘scientia-æ’, ‘conocimiento, saber, instrucción’) es ‘un conjunto de conocimientos de alguna materia,  relacionados entre sí, y que se adquieren mediante las diversas formas de estudio (observación, raciocinio, análisis) y de los cuales se deducen leyes y principios’. Como esos conocimientos son adquiridos, cualquiera puede aprender una ciencia, y aun varias, si lo desea y se lo propone. En cambio, el ‘arte’ (del latín ‘ars-artis’, ‘arte, habilidad, talento’) es la ‘disposición e industria para hacer alguna cosa’, más apreciables cuando se trata de idear y hacer cosas bellas (obras maestras). Estas cualidades son innatas, nacen con uno, de tal manera que el que no las tiene, nunca las tendrá, por mucho que lo desee y se lo proponga. 
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En el artículo sobre su ‘abstinencia de celular’, el columnista Luis F. Molina escribe: “Suena a un logro importante, pero es una victoria pírrica si no viene acompañada de un esfuerzo por contemplar la realidad…” (LA PATRIA, 21/10/2024). Pregunta el lector Éduar Ocampo si el adjetivo ‘pírrico-a’ está bien empleado en esa oración. Por supuesto que no, porque con ‘pírrico’ se califican los triunfos de los que el vencedor sale maltrecho, malparado, y con los que es muchísimo más lo que se pierde que lo que se gana. El término viene del rey de Epiro (Grecia), Pirro II, que gobernó desde el año 295 a. de C. Venció a los romanos en las batallas de Heraclea y Ascoli, pero después de la segunda quedaron en tan malas condiciones él y su ejército, que les dijo a sus generales: “Con otra victoria como ésta estoy perdido”. De acuerdo con el contexto, el adjetivo apropiado para expresar la idea del señor Molina es ‘incompleta’, así: “...sería una victoria incompleta si...”, porque creo que la ‘abstinencia de celular’ no lo ha dejado maltrecho. Todo lo contrario. 
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Cita: “Inició el eléctrico choque de la MLB” (El Tiempo, Deportes, 26/10/2024). ¿Quién lo inició? A propósito, pregunta el señor Orlando López: “¿Cómo se debe usar el verbo iniciar? ¿Es correcto decir la confrontación inició a las nueve de la mañana?” (Eje21, 1/2024). Como muchos verbos transitivos, ‘iniciar’ es también pronominal: ‘el orador inició su discurso (complemento directo) así’; ‘el año escolar se inicia (pronominal) en febrero’. Según estas nociones, la frase correcta es ‘la confrontación se inició a las...’. Así ha sido, así es y así será. 
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Cuando el agente del verbo es la misma persona representada por el pronombre personal, éste debe concordar con ella: si es de primera, con la primera; si de segunda, con la segunda, y si de tercera, con la tercera. Elemental. Por ejemplo, ‘conócete a ti mismo’, ‘considérense a sí mismos’. No hacerlo así es un error gramatical, como el de la siguiente muestra: “Cada día nos tenemos que empoderar de sí mismas” (LA PATRIA, He dicho, Beatriz Uchima, presidenta de la Asociación del Resguardo Indígena Cañamomo Lomaprieta en Riosucio, 22/10/2024). En esa oración, la autora hace concordar un pronombre de tercera persona (sí) con una de primera (nos). Castizamente, así: “Cada día nos tenemos que empoderar de nosotras mismas”. Es la lógica de la gramática. Nota: el pronombre personal de tercera ‘sí’ es invariable en número: ‘volvió en sí’, ‘volvieron en sí’.