Cuando queremos hacer énfasis en las partes que componen un todo, acudimos a la locución pronominal distributiva ‘cada uno’, por ejemplo, ‘es fundamental que cada uno de los congresistas vote de acuerdo con sus principios’. Esta individualización determina su número, el singular, por lo cual el verbo tiene que concordar con ella en singular. El columnista Daniel Hurtado Cano obvió esta norma gramatical y escribió: “Decisiones que tomamos cada uno de nosotros...” (LA PATRIA, 2/2/2024). Correctamente, “...decisiones que toma cada uno de nosotros...”. Con el verbo en plural, hay que acudir al adjetivo ‘todos’, así: “...decisiones que todos nosotros tomamos”. Cuando deseamos que ese énfasis sea mayor, utilizamos la locución ‘todos y cada uno’, caso en el cual el verbo debe ir en plural, verbigracia, ‘todos y cada uno de nosotros debemos acatar las leyes que nos rigen’. Conclusión: el empleo de la locución ‘cada uno’ con el verbo en plural desvirtúa su naturaleza de singular.
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‘Detrás’ (‘en la parte posterior’) es un adverbio de lugar (‘el perro venía detrás’), que se emplea con más frecuencia en la locución preposicional ‘detrás de’, cuyo complemento expresa lo mismo que el adverbio. Y, aunque es de uso corriente en algunos lugares de habla hispana y en traducciones de series de televisión, no es castiza su combinación con los pronombres posesivos ‘mío, tuyo, suyo, nuestro, vuestro, suyo’ (‘detrás mío’, por ejemplo), pues éstos, por su carácter de ‘pronombres’, se usan solos, verbigracia, ‘Santa Rosa de Cabal es mi pueblo; Chinchiná, el suyo’, y como adjetivos solamente determinan sustantivos. El editorialista de LA PATRIA recurrió a esa combinación en la siguiente oración: “...para establecer cuántos convenios siguen vigentes o perecieron tras las fases protocolarias, lo que no sucederá del que empezará con Dominicana, porque hay institucionalidad detrás suyo” (3/2/2024). Lo correcto es “...detrás de él” (‘detrás del convenio’), porque la locución ‘detrás de’ introduce un complemento circunstancial de lugar (ablativo), no posesivo. Esta doctrina debe aplicarse también a otros adverbios de lugar, como ‘encima, debajo’, etc.
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Uno de los errores más frecuentes de escritores y columnistas es el empleo de la locución condicional negativa ‘si no’ en vez de la conjunción adversativa ‘sino’ y viceversa, por ejemplo, en esta traducción de una frase del libro ‘Cómo terminan las democracias’, de Steven Levitsy y Daniel Ziblat, citada por el columnista Guido Echeverri: “Porque la democracia ya no termina con un bang (un golpe militar o una revolución), si no con un leve quejido...” (LA PATRIA, 7/2/024). “...sino con un leve quejido”, así, porque en esa declaración se contrapone un concepto afirmativo a uno negativo, como cuando decimos ‘no es así, sino de esta manera’. Han sido muchas las veces en las cuales me he referido a esta equivocación, y siempre la he atribuido, más que a la falta de un análisis gramatical reflexivo, a la pronunciación de la conjunción, pues, aunque es una palabra grave, muchos la pronuncian con acento agudo, ‘sinó’: ‘si no’ me lo creen, pregúntenle a Vargas.
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‘Es mejor prevenir que tener que lamentar’, dice el refrán, en el que se da al verbo ‘prevenir’ la acepción de ‘tomar las medidas necesarias para evitar un daño’, por ejemplo, ‘las autoridades no se previnieron contra los incendios forestales’ (‘no previnieron los incendios forestales’, que no debe confundirse con ‘preverlos’). En su artículo sobre la Nueva EPS, el columnista Bernardo Mejía Prieto lo empleó dos veces, la primera, en su acción (‘prevención’), bien; la segunda, en su adjetivo (´preventiva’), mal: “...la prevención de la enfermedad, que consiste en la atención primaria y preventiva de la salud” (LA PATRIA, 5/2/2024). La ‘prevención’, acertadamente, porque es la ‘toma’ de medidas para evitar las enfermedades; ‘preventiva’, equivocadamente, porque la ‘salud’ no se previene: se ‘previenen’ las causas que la pueden afectar. Del latín ‘prævenire’ -‘tomar la delantera, anticiparse, evitar’, es irregular –se conjuga como ‘venir’–, y son sinónimos suyos ‘preparar, aparejar; evitar, precaver; advertir, adelantar, etc.