Pegunta un lector si en el vocablo ‘guie’ hay triptongo*. No, no lo hay, porque en este caso la ‘u’ no se pronuncia** y sólo sirve para darle a la ‘ge’ su sonido fuerte, como en ‘guerra’ y ‘guiso’, y es  innecesaria con las otras vocales: ‘garra, gorra, gurre’ (colombianismo, ‘armadillo’). El ‘diptongo’ es la conjunción de dos vocales que se pronuncian con un solo golpe de voz y forman una sola sílaba, por ejemplo, ‘dia-rio’, palabra bisílaba, compuesta de dos diptongos. Los ‘diptongos’, innumerables en nuestro idioma, están  compuestos por una vocal abierta (‘a, e, o’) y una cerrada (‘i, u’). Ejemplos: ‘piadoso, cairel, cual, cauto; cielo, peine, cuento, eucaristía; dios, coima, cuota’. Las vocales cerradas –juntas– pueden también ser diptongos, verbigracia, ‘cuita, diurno’. En muchos casos, la tilde disuelve el diptongo: ‘dú-o, dí-a’, vocablos, por ello, bisílabos. *El ‘triptongo’ es la conjunción de tres vocales (dos cerradas y una abierta) que se pronuncian con un solo golpe de voz y forman una sola sílaba, como en ‘guiais’. En el ‘triptongo’, la vocal abierta está siempre en medio de dos cerradas, como en las voces onomatopéyicas ‘guau, miau’ de nuestras mascotas. Otros ejemplos: ‘confiáis, Guainía; desconfiéis, buey’. La tilde disuelve el ‘triptongo’  cuando recae sobre las vocales cerradas, como en ‘diríais’ y ‘limpiaúñas’. **Cuando se pronuncia, debe llevar el signo ortográfico ‘diéresis’ (‘vergüenza, güiro’). Es la belleza y la lógica de la ortografía castellana. 
***   
Los esclavos del detestable ‘lenguaje incluyente’ se enguaralan* con su aplicación, puesto que o son incapaces de sostenerlo o lo usan mal. Lo comprueba la columnista Jineth Bedoya Lima, que esto escribió: “...que tienen secuestradas a las víctimas de hoy y a los y las potenciales afectadas del futuro” (El Tiempo, “Ni ‘blancas’ ni turismo sexual”, 28/11/2024). El sustantivo ‘víctima’ es del género gramatical femenino, por lo cual es absurda la inclusión del artículo definido masculino ‘los’, ya que ese sustantivo abarca hombres y mujeres. Y, gramaticalmente, es una incongruencia decir ‘los víctimas’. ¡Ganas de complicar lo simple y de dificultar lo fácil! *El verbo pronominal ‘enguaralarse’, colombianismo, quiere decir ‘enredarse el trompo en el guaral’ (cuando lo jugábamos, decíamos ‘piola’). Figuradamente, utilizamos ese verbo para expresar que ‘alguno se enreda en  asuntos o discursos’, como el que acata el ‘lenguaje incluyente’, que es ‘farragoso, inútil, nocivo y traicionero’. Nota: Es una lástima que actualmente los niños no practiquen el juego del trompo: se privan, por ejemplo, de la emoción que produce lanzarlo al aire y apararlo en la palma de la mano, y de tantas otras, pues eran muchas las cosas que hacíamos con tan maravilloso juguete.
 ***
La idea que expresa el verbo ‘recepcionar’ (incluido apenas en la vigesimotercera edición de El Diccionario -2014) no posee la misma extensión de ‘recibir’ (doce acepciones), pues tiene una sola: “(De recepción). Transitivo. Arg., Nic., Perú y Ur. Dicho de un aparato de radio o televisión: Recibir las ondas de transmisión”. Al describir el gol de Esteban Beltrán, del Once Caldas, el periodista deportivo Osvaldo Hernández lo empleó con otro significado: “...recepcionó la pelota en el área en medio de los rivales y la acomodó en el rincón” (LA PATRIA, 2/12/2024). ¿Por qué no ‘recibió la pelota...’? ¡Averígüelo Vargas! 
*** 
La ‘motobomba’ es un aparato que sirve para trasladar agua de un lugar a otro. Pero no se puede confundir con una ‘moto bomba’, que es una motocicleta cargada con explosivos, que se pueden detonar a distancia. Así lo hizo un redactor de El Tiempo: “Motobomba dejó a dos policías heridos en el Cauca” (Región, titular, 3/12/2024). ‘Moto bomba’, como todos los sustantivos compuestos de dos nombres, ‘sofá cama, camión cisterna’, etc.