En castellano, los verbos son  transitivos e intransitivos*; los primeros tienen complemento directo, que, generalmente, no es introducido por preposición alguna, por ejemplo, ‘matar el tiempo’; los segundos, no lo tienen, verbigracia, ‘dormir placenteramente’. El verbo ‘escalar’ es transitivo  (‘sir Edmund Hillary fue el primero en escalar el Everest en 1953’), razón por la cual está mal empleado en el siguiente pie de foto: “Los Bomberos escalaron a la casa por unas escaleras” (LA PATRIA, Sucesos, 6/9/2024). “Los bomberos escalaron la casa...”, de este modo. Pero, además de mal empleado, mal escogido, porque ‘escalar una casa’ significa también  ‘entrar violentamente en ella, a la fuerza’, con escaleras o sin escaleras.  En este caso es sinónimo de ‘asaltar’, como ‘escalar una fortaleza’. Es mejor por esto el verbo ‘subir’: “Los bomberos subieron al segundo piso...”. *Estos verbos pueden ser ‘pronominales’ (‘matarse trabajando’, ‘salirse con la suya’). Hay también verbos impersonales, los que no tienen sujeto y se conjugan siempre en la tercera persona de todos los tiempos y modos, como ‘llover, tronar’ (‘llueve a cántaros’). 
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El verbo ‘requerir’ (del latino ‘requirere’, -‘buscar durante mucho tiempo; buscar, indagar; echar de menos, reclamar, exigir’) es también transitivo. No obstante esto, los que se valen de él para expresar sus ideas le acomodan siempre la preposición ‘de’, como en el siguiente ejemplo en el que es muy notoria su inutilidad: “Este nivel requiere de valorar la pluralidad...”  (LA PATRIA, Luis Felipe Gómez Restrepo, 8/9/2024). “...requiere valorar...”, obviamente. La preposición ‘de’ se justifica cuando en esa construcción gramatical hay un complemento circunstancial, verbigracia, ‘la consecución del éxito requiere de quien lo busca grandes esfuerzos’. Lo mismo vale para el verbo ‘necesitar’. 
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Titular de LA PATRIA (7/9/2024): “Controversia por caseta en el Parque del Agua (Manizales)”. Comenta mi corresponsal Razuvi: “Leo el contenido de la noticia en mención, y no veo controversia. Sólo una queja de un ciudadano y la respuesta oficial. No veo polémica, discusión o disputa alguna”. En mis apuntes de la semana pasada dije que los titulares deben ser veraces. Y falta veracidad en el titular –que pudo ser inadvertida– porque no se ajusta a la realidad del hecho referido. La ‘queja’ es apenas una ‘reclamación por cualquier motivo’; la ‘controversia’, en cambio, es una ‘discusión entre dos o más personas sobre posiciones opuestas, en la que cada una de las partes expone los pros y los contras del asunto en cuestión’. La precisión conceptual de los términos usados es fundamental para una adecuada expresión de las ideas pretendidas. 
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Si usted resuelve crucigramas encontrará de tarde en tarde guías como la siguiente: ‘El mantra más conocido’. La respuesta es ‘om’, de los budistas e hinduistas. El Diccionario define así esta palabra: “(Del sánscrito ‘mantra’, literalmente ‘pensamiento’). m. En el hinduismo y en el budismo, sílabas, palabras o frases, generalmente en sánscrito, que se recitan durante el culto para invocar a la divinidad o como apoyo de la meditación”. De acuerdo con esta única acepción, ¿la empleó adecuadamente el editorialista de LA PATRIA en la siguiente oración?: “Ejecutar tiene que convertirse en el mantra de todos y de sus gabinetes, y además hacerlo bien...” (‘Por más infraestructura social’, 9/9/2024). Difícilmente, porque ‘mantra’ es algo sagrado, propio de las religiones. ¿Figuradamente? Quizás, estirando el caucho hasta su límite de resistencia. Nota: el ‘sánscrito’ es la antigua lengua de los brahmanes, que sigue siendo la sagrada del Indostán (región de Asia).