La diferencia de los verbos ‘recurrir’ e ‘incurrir’, que tienen su raíz en el mismo verbo latino ‘currere’ (‘correr’), la hacen los respectivos prefijos. El primero (del latino ‘recurrere’ – ‘correr hacia atrás, volver corriendo; volver; recurrir a; recorrer’), además de su significado de ‘acudir a un juez o a alguna autoridad para la solución de demandas o peticiones’, tiene el de “acogerse en caso de necesidad al favor de alguien, o emplear medios no comunes para el logro de un objeto”. Sus sinónimos son ‘acudir, apelar, acogerse, suplicar’. El segundo (del verbo latino ‘incurrere’ –‘correr hacia, lanzarse; chocar, tropezar; acaecer; dar en, encontrarse con’), quiere decir “caer en una falta, cometerla”. Sus sinónimos, ‘cometer, incidir, pecar, tropezar, resbalar’. Son, por tanto, dos verbos muy diferentes, característica que no tuvo en cuenta el señor Andrés Villamizar al redactar el siguiente informe: “…la encargada de adelantar el proceso para determinar si se trata de estar recurriendo en un comportamiento contrario a la integridad urbanística” (LA PATRIA, Balance, 2/11/2022). Obviamente, “si se trata de estar incurriendo en un comportamiento…”. En el mismo artículo garrapateó: “El consenso se trata de un oficio que radicaron…”. No vale el esfuerzo de explicar que la locución ‘tratarse de’ es impersonal, y que, por esto, no admite sujeto. La frecuencia de este solecismo me obliga a preguntarme si los que así escriben saben qué diablos es el sujeto de una oración gramatical.
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Extrañado, porque doy por sentado que el presbítero Efraín Castaño estudió latín, leí lo que escribió en su columna semanal: “Los antiguos llamaron a la muerte ‘diez natales’ (día natal)…” (LA PATRIA, 2/11/2022). ‘Diez natales’, padre, es castellano, y significa eso, a saber, ‘diez días del nacimiento’. Lo que usted quiso expresar, en latín se dice ‘dies natalis’, que puede significar ‘día natal’ o ‘día del natalicio’, porque en ese idioma la terminación ‘-is’ es propia del nominativo singular del adjetivo ‘natalis-e’ (‘natal’) y del genitivo singular del sustantivo ‘natalis-is’ (‘día del nacimiento’). Como dato curioso, para san Paulino, ‘natalis’ es el día de la muerte de un santo (su nacimiento para el cielo).
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El doctor Jorge Raad Aljure tituló su columna del 1º. de noviembre de 2022 “Estado del arte” (LA PATRIA). Pero en el escrito no habló ni del ‘estado del arte contemporáneo’, ni del ‘renacentista’, ni de otro cualquiera, que debió hacerlo, porque esto es lo único que en castellano significa esa locución. Supongo que es la traducción literal de la locución inglesa ‘state of the art’, con la que el diccionario Macmillan califica “equipos o tecnología que emplean los más novedosos y avanzados elementos e ideas”. Los que saben, entonces, la traducen por ‘de vanguardia’. También, ‘de última generación’, ‘de avanzada’ o ‘de punta’. Así sí entendemos. Hay otra locución inglesa, cuya traducción literal no expresa lo que en inglés, y que hace poco algún redactor –no recuerdo cuál– utilizó así: ‘Think tank’ (‘tanque de pensamiento’), que la misma fuente traduce de la siguiente manera: “Grupo de personas que trabajan juntas para producir nuevas ideas acerca de un sujeto determinado”. Los enterados la traducen por ‘grupo de expertos’, ‘equipo de cerebros’. Podría ser también ‘grupo de pensadores’. La traducción literal es engañosa.
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Con ésta, son veintitrés las veces que me he referido al empleo del verbo ‘infringir’ (‘incurrir, transgredir, delinquir, atropellar’, etc.) por ‘infligir’ (‘imponer, aplicar, castigar, condenar’), sin resultado positivo, aparentemente, puesto que sigo tropezando con esta confusión, como en el siguiente ejemplo: “Estos ‘machotes’ olvidan que la verdadera fuerza no se centra en el daño que se puede infringir, sino…” (LA PATRIA, Juan Álvaro Montoya, 3/11/2022). Es patente que el verbo que expresa la idea del redactor es ‘infligir’. En la misma columna escribió varias veces ‘super machos’ y ‘super hombres’. Castizamente, ‘supermachos’ y ‘superhombres’, porque –y lo he explicado varias veces– el prefijo va siempre pegado al nombre al que se le antepone.