Dayro ¿y tú qué? ¿En otro mundo? Te ves atormentado y nervioso. Pero fresco, cuando
están las oportunidades los goles llegarán.
El Once Caldas selló por fin su clasificación, la que tuvo en suspenso durante varias fechas. Cerró costuras, pero al margen del valor del resultado, persisten las dudas en el rendimiento general.
Ante Junior fue un equipo combativo, con presencia continua en el ataque, pero extraviado ante el gol, sin recursos para dominar el juego desde el resultado.
18 veces visitó el área contraria, seis de ellas con fallos protuberantes de su goleador Dayro Moreno, con un tiro en el horizontal y tres posiciones adelantadas.
El 0-0, aunque estrecho, le dio vía libre al objetivo.
Tan volátil el torneo, tan desordenado e incierto, dramático si se quiere, creó suspenso para el Once hasta la fecha anterior.
La entrada a las finales se cocinó a fuego lento en un combate para fajadores y pasadores, equivocados estos al entrar al área, al ensayar el último pase o en la puntada final previa a los goles.
El viaje que se emprende ahora, a la espera del último partido ante el América, es de otro calibre, con incremento notable en las exigencias, con partidos de riesgo y mayor categoría.
Complicada es la tarea, dependiente siempre de la esclavitud de los resultados, sin recaer en el conformismo común cuando los jugadores, o los entrenadores, dan la tarea por cumplida. Ya ha ocurrido.
Buenas sensaciones produce la entrada a la ronda del título, pero ignorar deficiencias es autosuficiencia. Como lo es también prometer títulos para inflar la expectativa, con manipulación de las emociones de los aficionados.
Se trata de jugar y no de vender humo.
La diferencia entre convicciones, arrogancia y confianza, debe estar bien definida.
Una eliminación que era posible, la que un sector de la hinchada se planteaba por la tabla tan apretada en los últimos compases del torneo, le hubiera quitado todo el brillo a lo realizado a lo largo de la campaña.
No hubiera sido justo malograr las ilusiones de los hinchas. Por eso se valora el esfuerzo, más que el futbol exhibido.
Dayro ¿en dónde estás?