Fernando-Alonso Ramírez

Periodista y abogado, con 30 años de experiencia en La Patria, donde se desempeña como editor de Noticias. Presidió el Consejo Directivo de la Fundación para la Libertad de Prensa en Colombia (Flip). Profesor universitario. Autor del libro Cogito, ergo ¡Pum!

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La llegada de Si te gusta la oscuridad coincide con los 50 años de Carrie, el éxito en literatura y en cine (cuatro películas), que siempre causa miedo cuando se lee y por eso también se lanzó una edición conmemorativa en pasta dura y oscura.

Este relato, salvado de la basura por la esposa de King, terminó por ser su primera novela y tuvo la influencia de cambiar la literatura de terror, por la forma y por el estilo. Desde entonces, King es un superventas.

Carrie es también una metáfora de la crueldad que puede resultar la crítica etapa del paso de la pubertad a la adolescencia. Esta edición conmemorativa -un buen regalo para un adolescente en esta Navidad- trae un prólogo de la escritora candiense Margaret Atwood.

Ella escribe: "King es un escritor visceral y un maestro de los detalles nimios (…). Escribe terror, la más literaria de las formas, en especial cuando se trata de los sobrenatural, un terror que forzosamente debe inspirarse en historias y libros ya existentes..." Y remata: "Pero Carrie es, sobre todo, una historia trepidante. ¿O debería haber dicho 'crepitante'?"

Si quiere saber cómo lo que iba a ser el baile ideal de fin de año termina en una noche de terror en un pequeño pueblo, tiene que leerse este libro.

 

De la oscuridad

"¿Te gusta la oscuridad? Perfecto. A mí también, y eso nos convierte en hermanos del alma". Así concluye el Epílogo de Stephen King en Si te gusta la oscuridad, que de hecho es un título inspirado en la canción de Leonard Cohen You Want It Darker, solo que cambia desear (to want) por gustar (to like).

Algo de oscuridad sí hay en Stephen King, o en sus relatos, pero mucho más de imaginación. Se trata de relatos potentes y alguno que otro diferente a lo que nos tiene acostumbrados el autor, quien no teme hablar de asuntos paranormales y contarlos de forma creíble, por muy incrédulo que sea el lector. Es la misma clave que le ha funcionado en el cine.

Así que estos relatos en buena parte tienen que ver con la oscuridad, como la define el propio King, pero realmente son más del corte "Dimensión desconocida", cosas que ocurren por razones inexplicables, pero ocurren.

Aunque él mismo menciona que los 12 relatos de este libro son cortos, la realidad es que uno es más largo que todos los demás y no es un cuento en sentido estricto. No solo por la extensión, sino que el desarrollo estructural es de novela corta: El mal sueño de Danny Coughlin. Ocupa 214 páginas de las 700 que tiene el libro.

Los personajes se desarrollan bien, de hecho es difícil no empatizar con ese buen hombre que es Danny Coughlin y que tuvo un pasado con el licor que lo mantiene apocado. Igual el detective obsesivo que busca condenarlo es bien retratado en su soberbia y en sus manías, porque es incapaz de creerse que en un sueño se puede preconcebir dónde se halla un cadáver sepultado. El de una mujer.

Esta novela tiene giros sorpresivos y mantienen en vilo al lector. Es de lejos el que más me gustó, sin descartar Serpientes de cascabel, de 125 páginas, que sí es más un cuento, pero que también tiene una carga alta de lo inexplicable. Nos obliga a ir hasta el final para saber si esos espíritus que desencadenan nuevas realidades pueden enviarse de vuelta a su lugar o habrá que seguirlos soportando.

No sorprende que hace 50 años los personajes de King eran adolescentes y jóvenes y que hoy sean septuagenarios como él. Personajes con carácter como los dos tremendos artistas que se retratan en Dos cabrones con talento, quienes guardan un secreto a pesar de los años y que nos cuenta cómo los deseos se cumplen, pero no por un genio de una lámpara, sino que puede venir en platillo volador.

También aparecen abuelos que van a ser fácilmente recordados, como ese viejo contador de historias y bocón que sabe poner en su sitio a dos asaltantes de caminos, y al parecer asesinos, como los de En la carretera de Slide Inn, un relato de poco menos de 30 páginas, donde aparece la influencia de un abuelo sobre sus nietos.

Es lo mismo que sucede en Willie el Friki (15 páginas), solo que en este caso, la influencia resulta perversa, de un mitómano a un psicópata, un relato potentísimo que bien puede ser un capítulo de Criminal Minds, con final nada feliz.

Otros relatos son El quinto paso, Finn, La pantalla roja, El experto en turbulencias, Laurie, Los soñadores y Hombre respuesta, todos diferentes, potentes, algunos con más capacidad de atrapar al lector que otros, pero igual, eso también depende de la afinidad que se muestre por los temas.

Stephen King es un viejo zorro, y por eso sus relatos difícilmente aburrirán. Así, que si se animan, estas dos opciones están bien para meterse en el mundo oscuro de la literatura, que nos hace recordar a Poe. Es tiempo de probar cosas distintas. Me cuentan cómo les va para que #HablemosDeLibros y de terror.

 

Subrayados

* Cruzó las manos en el regazo y se sumió en la oscuridad que envuelve es intenso destello que llamamos vida.

* No importa si uno no puede alcanzar lo que desea. Aprende a convivir con ello.

* Llamar periodistas a los individuos que trabajan para ese periodicucho es como llamar Einstein a un alumno de una clase de recuperación de matemáticas.

* Las habladurías son como los residuos radiactivos. Tienen una vida media larga y tóxica.

* Las frases condicionales también son serpientes de cascabel, creo. Rebosan veneno.

 

Si te gusta la oscuridad este es un buen libro. Contiene 12 relatos, uno de ellos, bien puede ser una novela.

Carrie llega a 50 años y por eso esta edición conmemorativa con prólogo de Margaret Atwood.  Si te gusta la oscuridad este es un buen libro. Contiene 12 relatos, uno de ellos, bien puede ser una novela.