Fernando-Alonso Ramírez

Periodista y abogado, con 30 años de experiencia en La Patria, donde se desempeña como editor de Noticias. Presidió el Consejo Directivo de la Fundación para la Libertad de Prensa en Colombia (Flip). Profesor universitario. Autor del libro Cogito, ergo ¡Pum!

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Hace poco conversaba con dos profesores bogotanos de la Universidad Autónoma de cómo hubo un momento en la historia de Bogotá en la que muchos creímos en que había esperanza para salir del caos característico de la capital colombiana. Esa esperanza tuvo nombre propio: Antanas Mockus.

Era el verdadero outsider de la política. Después de su paso por la Universidad Nacional de Colombia como rector polémico, más por las formas que por el fondo en lo que le fue muy bien, se dio a conocer para poner su nombre a consideración del electorado de la ciudad con votos más independientes del país. Y llegó a dirigir la ciudad.

A diferencia de muchos ensayos que ha habido en la política latinoamericana, de personajes que aterrizan en la política venidos de otros escenarios y fracasan con rotundidad, la de Mockus es una experiencia exitosa, que se sigue estudiando. A partir del ejemplo enseñó de cultura ciudadana, aunque en realidad poco se aprendió.

Muchos alcaldes malgastan su presupuesto en publicidad sin sentido o creen que contratar un par de mimos para que monten performances es suficiente para sembrar la cultura ciudadana. Se olvidan de dos cosas esenciales, a Mockus las personas lo seguíamos porque era inspirador, era alguien coherente, que enseñaba con el ejemplo. Y dos: él sí sabía del poder de los símbolos y de cómo usarlos para transformar sociedades.

Es una lástima que ese proceso que él abrió los demás alcaldes de Bogotá no lo siguieran, porque con seguridad la ciudad sería otra, y sabemos que muchos de los procesos se truncaron por lo mismo que tanto daño le hace al municipio colombiano en general, el adanismo de los que llegan a gobernar convencidos de que tienen la respuesta a todo. Eso es nuestro mal verdadero mayor, porque se quiere borrar todo lo anterior.

 

Monográfico

Y hablamos de Antanas Mockus porque la revista Aleph, el más importante medio escrito cultural que se hace desde Manizales para el mundo, dedicó la edición número 210 a repasar el legado de este hombre al que el país no supo escuchar. Un personaje del que, es muy triste recordarlo, muchas personas decían que no votaban por él porque era como un presidente para otro país, no para Colombia. Como si tuviéramos que condenarnos a tener dirigentes poco ambiciosos, temerosos, megalómanos y premodernos.

La revista abre con un artículo que recomiendo leer de principio a fin, de la manizaleña Carmenza Saldías, quien trabajó muy de cerca con el matemático en sus dos alcaldías en Bogotá y que da cuenta de eso que fue y de lo que pudo ser y no se logró. Aunque ella misma dice que no es su amiga, lo retrata tan bien, que es difícil creerle.

La revista también describe al matemático e incorpora entrevistas, como la hecha por Rocío Londoño, que deja ver a ese personaje inspirador que es Antanas Mockus y mucho de su recorrido vital. Este monográfico llega como homenaje a un hombre que se convirtió en un símbolo de que es posible, en este convulsionado país, encontrar ideas innovadoras para salir del bucle de violencia, además de lograr consensos sobre lo mínimos que nos debemos fijar como sociedad, las líneas rojas que no debemos cruzar.

Carlo Tognato es uno de los grandes estudiosos del legado de Mockus y en esta revista vienen artículos de y entrevista a él sobre el exalcalde bogotano de origen lituano.

 

Más para leer

Otro manizaleño que escribe en esta historia es uno de los compañeros de todas las batallas de Antanas, Paul Bromberg, quien debió encargarse de la ciudad en esa primera salida intempestiva de Mockus cuando se dejó tentar por los devaneos para la Presidencia. Él muestra el proceso de ese profesor que termina por convertirse en un líder. Otro retrato poderoso es el que hace Carlos Enrique Ruiz sobre ese Mockus del que estuvo tan cerca, y muchos otros textos más.

Estoy seguro de que si usted aún no se considera mockusiano, después de leer este monográfico no dudará en seguir el legado de este hombre incomprendido por el electorado nacional, pero absolutamente transformador. De hecho, los dos artículos suyos en esta revista sí que muestran a ese gran pensador y, sobre todo, transformador. No duden en leerlo.

Si quiere meterse en este mundo, #HablemosDeLibros y pueden descargar sin costo la revista haciendo clic aquí.

 

Reproducción | LA PATRIA

La edición 210 de Aleph está dedicada toda a ese hombre que nos permitió soñar en una Colombia posible, Antanas Mockus.

Revista Aleph 210 - Antanas Mockus