Completamos, con este, los primeros 10 artículos sobre los actores sociales ejemplares. Evidentemente son mucho más, pero los iremos publicando paulatinamente, en la medida que ellos representen un ejemplo para una sociedad llena y ufanada de antivalores como la nuestra, sometida a las presiones para que ser honesto y ejemplar se convierta en algo fuera de lo común, lo que no le importa a mucha gente, acostumbrada como está a vivir en medio de la nueva realidad, con vacíos y sin principios que hagan la diferencia.
Hoy hablaremos de gente dedicada a una profesión noble, que se ha convertido, por la proliferación sin retenes de quienes la estudian y ejercen, en un mercado de las pulgas, lleno de baratijas, de deshonestidad y de falta de principios. Hablamos del noble arte del Derecho, que era de esperarse ser ejercido sin tacha, pero convertido por no pocos en una cloaca, llena de tramposos, torcidos e inconscientes. Afortunadamente la mayoría de los que ejercen esta profesión son honestos y éticos, pero son pisoteados por los que desvirtúan el arte y le quitan todos los principios básicos, convirtiéndola en una actividad con muchos cuestionamientos, no pocos hampones, bastantes delincuentes y gente despreciable que no merecería en estricta ley tener el título de abogado. Son el club de los “abogansters”.
Colombia cuenta con 114 escuelas de Derecho, con más de 450.000 abogados, casi uno por cada 115 habitantes, de los cuales hay que resaltar a los que dejan en alto el arte de la profesión. Caldas ha sido un manantial del que brotan abogados, con varias facultades en Manizales, en las que se gradúan cada año cientos de ellos. Están la Universidad de Caldas, la de Manizales, la Fundación Unilasallista, la Universidad Luis Amigo, eso sin contar con las que tienen educación virtual y a distancia.
Las épocas de abogados sin tacha continúan con los que siguen los principios rectores del Derecho al derecho y no torcido. Tenemos personas en Caldas que cumplen esos principios y que en su ejercicio han dejado en alto la profesión. Bástenos citar a Uriel Gómez Ceballos (Q.E.P.D.); a la magistrada Fanny González Franco y al magistrado auxiliar Jorge Alberto Echeverri Correa, caldenses víctimas del holocausto del Palacio de Justicia en 1985. Los hay sin tacha en los diferentes tribunales y juzgados. Se destacan Ángela Puerta, Álvaro Trejos y Carlos A. Arango, Jahír Cardona, Martha Villegas (Q.E.P.D.), Sonia Restrepo, César Augusto López, Aquilino Orozco, entre otros.
En fin, son muchos los que merecen el reconocimiento y honor por su labor, pero para hablar de actores sociales ejemplares, tenemos abogados honrados que cumplieron su función en la Fiscalía General de la Nación cuando estaban bajo el mando del tristemente célebre Mauricio Quintero. Era una época de fiscales honestos y sin tacha, como: Nubia Escobar, Martha Lucía López, Cecilia Molina, Edith Arango Jiménez, la excepcional Gloria Eugenia Hincapié; Dorance Pineda, que se hizo a pulso bajo la mano de una fiscal impoluta y honesta, transparente y sin mancha.
Por tener ese historial he escogido a la dra. Julialba Patiño como la representante de lo que es una persona de leyes, que le hace honor a la justicia. Merecen un reconocimiento público, que demuestre que ser honesto en el ejercicio del Derecho es posible y encomiable. Un aplauso merecido por ser personas que hacen parte de la historia judicial de Manizales y Caldas.