La informalidad laboral es un fenómeno profundo y persistente en los territorios de Colombia que afectó a 56 de cada 100 trabajadores a nivel nacional durante 2023. En Manizales Área Metropolitana (A.M.), a pesar de ser una de las ciudades con menores tasas de informalidad, la situación sigue siendo preocupante, con un 32,9% en 2023. Pero ¿qué significa realmente esta cifra para la economía de la ciudad? ¿Qué riesgos y oportunidades se presentan al enfrentar de manera estructural este problema?
En comparación con otras ciudades intermedias y capitales, Manizales A.M. muestra un avance notable en la reducción de la informalidad, descendiendo del 36,0% en 2021 y 2022 al 32,9% en 2023. Sin embargo, este descenso podría generar la falsa percepción de que la informalidad no requiere atención urgente. Cada trabajador informal representa un individuo en posibles dificultades con el sistema de salud, la seguridad social y la sostenibilidad económica. Además, la informalidad laboral no solo afecta al trabajador en cuanto a seguridad y estabilidad, sino también limita el crecimiento económico de la ciudad, que podría ser aún mayor con una fuerza laboral formalizada.
Un enfoque integral para reducir la informalidad debe considerar tanto las causas como las consecuencias de este fenómeno. ¿Es la falta de incentivos para la formalización empresarial el problema? ¿Existe una desconexión entre las habilidades de los trabajadores y las necesidades del mercado formal? ¿Qué tipo de empleos está generando Manizales? ¿Son empleos estables y bien remunerados, con contratos adecuados que contribuyen a una calidad de vida digna? Las respuestas a estas preguntas son cruciales para construir soluciones estructurales que logren un cambio duradero. Si bien algunos sectores han avanzado en Manizales, otros, como el comercio y los servicios, siguen mostrando altos niveles de informalidad, impulsados por la falta de opciones laborales formales que respondan a una economía local productiva y en crecimiento.
Es evidente que una reducción sostenida de la informalidad requiere políticas de educación y capacitación, que alineen las habilidades de los trabajadores con las necesidades del mercado, junto con incentivos para las empresas que ofrezcan empleos formales, presentando esos beneficios que pueden entregar a los trabajadores, entendiendo que la formalidad tiene costos altos para los empresarios. Además, la inclusión en programas con potencial hacia la consolidación de iniciativas empresariales como la Ruta de Emprendimiento e Innovación, son estrategias indispensables para incorporar al mercado a los empresarios y emprendedores.
¿Cómo podría Manizales alcanzar mayores niveles de competitividad y calidad de vida logrando formalizar a más trabajadores? Al responder esta pregunta, los tomadores de decisiones deberían considerar no solo el alivio inmediato de una economía formalizada, sino el impacto profundo que este cambio tendría en la justicia social, potencial emprendedor, retención de talento, reducción de la pobreza, mejoras en el sistema de salud y pensión, bajos niveles de desempleo y la construcción de una ciudad más equitativa y con un gran crecimiento económico.