La falta de conocimiento técnico riguroso sobre el concepto de la construcción y operación de un aeropuerto llevó al presidente Petro a equivocarse lanzando una propuesta errónea en su visita a Manizales en días pasados, hacer el aeropuerto del Café como un aeropuerto minimalista. Esta idea, pregonada como solución a su construcción, hace que todo el proyecto vuelva a quedar en el limbo y aunque los técnicos y gerentes de instituciones relacionadas con el proyecto saben que es absurda, no se atreven a ponerlo en evidencia y contradecir al gobernante.
A esto se le suma el manejo que se le ha dado a la divulgación técnica del proyecto, que ha estado durante los últimos años en manos de periodistas y políticos desinformados, convirtiéndose en enemigos gratuitos del aeropuerto, ya que con sus opiniones poco técnicas y manipuladoras han creado un concepto erróneo de la terminal aérea y qué decir del condicionamiento permanente del Gobierno solicitando siempre un estudio, un documento, un papel más; porque siempre falta algo para definir si se hace o no el aeropuerto.
Para que un aeropuerto sea viable debe tener una terminal aérea segura y confortable, la cual consta de salas de espera y de abordaje, áreas para el manejo de equipajes y de atención al público por empresas aéreas operadoras, oficinas de aduana y de inmigración, de policía, de enfermería, de operaciones de vuelo, de estación de bomberos, de telecomunicaciones, áreas para el manejo de residuos y combustible para las aeronaves, torre de control, subestaciones eléctricas y plantas de emergencia, sistema de luces de pista y equipos de radionavegación, hangares, locales comerciales y plataformas de maniobra.
Hay que construir una ciudad en miniatura para atender a todos los usuarios que tendrá el aeropuerto, el cual está proyectado para atender a 500.000 personas por año, con una pista para vuelos nacionales de 1.460 m. en la etapa 1; los vuelos internacionales los tendremos con el desarrollo de la etapa 2 con una pista de 2.600 m. que comenzará cuando lleguemos a 1.000.000 de usuarios por año.
La infraestructura del aeropuerto ya está diseñada al mínimo, en un área de 21.000 m2, estudios desarrollados por arquitectos e ingenieros especializados en construcción de aeropuertos; no se le puede quitar nada, pues cumplen con la normatividad aeronáutica vigente que aplica y regula este tipo de transporte público en Colombia, como los Reglamentos Aeronáuticos de Colombia -RAC- y las normas internacionales de la Organización de Aviación Civil Internacional -OACI-. Así mismo, detrás de estos expertos hay toda una ingeniería financiera que debe diseñar la estructura económica de la consecución y manejo de los recursos para la construcción del proyecto. Aerocafé es un proyecto que ya está en fase 3, o sea que tiene todos los vistos buenos y aprobaciones de Aerocivil, ANI, ministerios de Transporte y de Hacienda.
Creo que el mismo Aerocafé, la Gobernación o Inficaldas se han equivocado a través de los años en el manejo que le han dado a la información sobre el avance del proyecto, y lo poco que se conoce viene de escándalos de corrupción de vieja data. Si la información que se le diera a los medios de comunicación fuera más técnica y financiera sobre todos los estudios y diseños que se tienen ya elaborados y aprobados, la comunidad contaría hoy con más conocimiento de cómo debe ser un aeropuerto y sus exigencias técnicas para que sea viable, elevando así el nivel de la discusión sobre el proyecto. La ausencia de información adecuada se traduce en la tergiversación de conceptos que lleva a muchas personas a repetir las opiniones de gente que tampoco conoce de aeropuertos, por eso generan ideas “geniales” como hacer un terraplén con carpas.
Parece que la única forma para vencer la “mamadera de gallo” del Gobierno, es a través de una Asociación Público Privada o una Concesión, la cual puede estar en manos de los “chinos”, que sí tienen el dinero. Lo importante es tener aeropuerto, a los usuarios no nos importa ni quién lo haga, ni de quién sea, ni quién lo opere. Lo valioso e importante es tener el servicio.