He sostenido que la Procuraduría debería eliminarse, y con mayor razón desde que la Corte Constitucional resolvió quedar bien con todo el mundo al acoger un fallo de la Corte Interamericana en el que sostuvo que los elegidos por voto popular no son objeto de sanciones por ese órgano de control.
En apoyo a lo anterior he llamado la atención sobre el hecho de que la Procuraduría, si bien emite conceptos en procesos penales, estos no son vinculantes para los jueces. Razón de más para coincidir en que esta entidad aporta poco en la lucha contra la corrupción. Lo cierto es que la casi totalidad de las investigaciones en la Procuraduría prescriben, se archivan o se resuelven con fallos inhibitorios y cuando se conocen sus decisiones, usualmente siguen en su contenido las de los procesos penales donde ya poco o nada importan.
Conviene así precisar que, habiendo propuesto la eliminación de este ente de control, no sería coherente de mi parte entrar a promover ninguna candidatura para la cabeza de esta entidad.
La verdadera importancia en la elección del procurador está en la capacidad de este funcionario de acompañar los planes del Gobierno para capturar las mayorías en la Corte Constitucional. Ya Petro goza del favor de 3 magistrados: los doctores Juan Carlos Cortés, Vladimir Fernández y la doctora Natalia Ángel, como se puede concluir de sus fallos.
En mayo sale la doctora Cristina Pardo. Como la terna para su reemplazo será elaborada por el presidente, con ello completará cuatro magistrados. Y como también en 2025 se habrá de elegir el reemplazo de tres magistrados más, postulados por la Corte Suprema y por el Consejo de Estado, bastará que uno solo de ellos resulte afín al Gobierno para completar la mayoría de 5, de 9. Si Petro y este Gobierno asumen el control de la Corte, todo estará perdido.
El Gobierno esperará la concreción de este plan para entonces sí proceder con su constituyente modelo Maduro, o con una posible emergencia o con un decretazo, que podría ser avalado por sus mayorías en la Corte para habilitar la permanencia de Petro en el Gobierno. Esta es la verdadera importancia del tema, del cual hace parte contar con el apoyo de un procurador con la influencia necesaria para definir la composición de las ternas y luego la elección en el Senado.
De ahí la necesidad de conocer el alcance de los compromisos del señor Eljach con el presidente y con el Dr. Cristo. ¿Se acordó algo sobre estas ternas y designaciones en la Corte Constitucional? ¿Alguna gestión ante el CNE? ¿Apoyo en el trámite de los proyectos en el Congreso? ¿Cuál será el grado de independencia del actual secretario del Senado con un gobierno al que le deberá todo después de que la Corte Suprema desestimó su nombre?
Qué equivocados están quienes creen que este es un pulso entre Germán Vargas y el Gobierno. Esta elección es un peldaño más en la consolidación de Petro en el poder. Advertidos están.