Gonzalo Duque Escobar

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El concepto de feminicidio, aunque se remonta a 1801, sigue siendo la expresión más extrema de la violencia de género y no para.

Si en Latinoamérica registran un feminicidio cada dos horas y en Colombia la tasa se mantiene en 0,3 homicidios por cada 100 mil mujeres, faltan: mayor visibilidad, acciones y concientización social para abordar la violencia sexual, la trata de personas y los delitos afines.

Para los expertos, las mujeres entre los 15 y los 44 años tienen mayor probabilidad de ser víctimas de feminicidios que de morir de cáncer, malaria, accidentes de tráfico o guerra combinados.

No obstante, el feminicidio infantil -en el que las víctimas son menores de edad-, es otro mal endémico que igualmente aparece para agravar el problema.

Entre los tipos de feminicidio, se distinguen el feminicidio íntimo, que es el cometido por una persona con la cual la víctima tenía o había tenido una relación sentimental, y el feminicidio no íntimo, cometido por una persona o grupo de personas, mismas que no han tenido ninguna relación sentimental o parentesco con la víctima.

La desigualdad estructural, como germen de los feminicidios que a nivel mundial cobra cerca de 140 víctimas de su pareja o de un familiar cada día, y que tampoco cesan, exige además de cambios culturales, incidir sobre las causas socioeconómicas que explican todas las formas del maltrato psicológico y físico contra la mujer.

Según expertas en la materia, hay una cierta tolerancia a formas de violencia que se invisibilizan, e incluso cierta culpabilización de las víctimas por sus propias tragedias, como si las mujeres no debieran hacer tal o cual cosa, o tuvieran que ser ellas mismas las que tienen que cuidarse para no sufrir violencia.

También afirman que “la violencia es una herramienta para mantener el lugar de subordinación de las mujeres en la sociedad”, como expresión de una cultura patriarcal que tiene al machismo como valor que explica dicha actitud o forma de discriminación sexista, caracterizada por la prevalencia del varón sobre la mujer.

Mientras la gran mayoría de las víctimas de homicidio son hombres (80 por ciento), en el 60 por ciento de los casos se trata de las mujeres que son asesinadas en su entorno familiar por su pareja o un conocido.

Si en Colombia son 10 a 12 las víctimas asesinadas por semana, jurídicamente urge proteger mejor a la mujer.

Si el feminicidio no es un homicidio cualquiera, así se entre en conflicto con el principio de igualdad entre hombres y mujeres, pareciera requerirse de una figura en la legislación que reconozca el agravante en el contexto de la violencia de género para que estos crímenes sean castigados con prisión perpetua.

Según la Defensoría del Pueblo en Colombia, entre enero y octubre del 2024, se habían presentado 745 feminicidios, de ellos 44 en contra de niñas y 11 más en contra de población trans; y entre enero y septiembre, también se registró un total de 26.605 casos de violencia de pareja y 33 de trata de personas.