No se trata del reconocido cantante de música popular, ni del importante y famoso excontralor nacional, ni mucho menos de nuestro querido amigo Pipe Sogamoso. Esta vez se trata de otro PIPE, aquel que por sus iniciales se conoce como “Plan de Impulso a la Prosperidad y el Empleo”, el mismo que ha sido implementado con éxito en gobiernos pasados y que en su momento fue altamente efectivo como medida de choque contra el deterioro de la economía colombiana, la misma que en la actualidad no atraviesa por su mejor momento.
Si repasamos las cifras oficiales entenderemos mejor el contexto: el PIB creció apenas un 0,3% en el último trimestre; la inflación no cede y va a ser muy difícil que esté por debajo del 10% en diciembre; las exportaciones han caído drásticamente, como reflejo del deterioro de la actividad industrial; y la iniciación de proyectos de construcción y la venta de vivienda y vehículos están en mínimos de la última década. De hecho, si se excluyen los sectores de administración pública, salud, educación y entretenimiento, la economía colombiana lleva 4 meses de contracción anual (-1,6% para julio) según el Indicador de Seguimiento a la Economía del DANE.
Entonces nos preguntamos: ¿Qué hará el equipo económico del actual gobierno para sortear la crisis económica que empieza a sentirse? Estará, seguramente, muy preocupado con los resultados de los principales indicadores de la economía; ello no lo pongo en duda. Pero frente a las malas expectativas en materia económica, no habría razón para que desde el alto gobierno no estuvieran pensando en poner en marcha un ambicioso “Pipe”, o como quieran llamarlo, que le dé una mano al sector productivo nacional, le inyecte una jugosa suma de dinero a algunos sectores estratégicos de la economía y de paso genere una buena cantidad de nuevos empleos. Ojo, ¿o será que desde el alto gobierno se está mirando la economía desde otra perspectiva? Esperemos que no.
Por ello resulta imperativa una política de estado que ponga en marcha medidas de choque (los economistas las llamamos ‘contracíclicas’) que hagan frente a los signos de recesión. El propósito es simple: generar empleo y reactivar la economía. Y para ello “la fórmula” está inventada. ¿Cómo? Inyectándole recursos a la economía, en vivienda, infraestructura multimodal, minas y petróleo, agricultura, competitividad, comercio exterior, lucha contra el contrabando, apoyo al turismo, créditos blandos para agro e industria, reducción de cargas tributarias a sectores estratégicos, entre muchos otros.
¿Será tan complicado estructurar un Plan, repito, llámenlo como quieran, que le apunte a una verdadera reactivación económica? No lo creo. Simplemente se requieren dos cosas fundamentales: en primer lugar, reconocer que se avecinan negros nubarrones para la economía; y, en segundo lugar, tener voluntad para actuar. Y ante la evidencia, es necesario que el equipo económico del gobierno se anticipe a la crisis y ponga en marcha medidas para afrontarla, puesto que si la economía colombiana entre en recesión, acompañada de alta inflación, va a ser muy difícil sacarla de ese remolino llamado estanflación. Por eso, mi querido amigo Pipe, ‘salve usted la economía’.
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Con profundo respeto aprovecho este espacio para expresar mi máximo reconocimiento a la labor del Doctor Nicolás Restrepo Escobar al frente de la Dirección y Gerencia de La Patria, labores que combinó con el mayor profesionalismo y sentido ético, los mismos que marcan el rumbo del periódico. Y en lo personal, mis más sinceros agradecimientos por su amistad, por el apoyo que siempre, siempre, me brindó y por su confianza y generosidad al abrirme varias veces la puerta del periódico para esta columna de opinión. ¡Mi eterna gratitud!