Una de las realidades más complicadas de nuestro país es la desigualdad entre regiones, que quedó plasmada una vez más en la presentación del Índice Departamental de Competitividad 2024 (IDC-2024) del Consejo Privado de Competitividad.  
Estas brechas son las que tienen que ver con la equidad en el acceso a oportunidades y la creación de capacidades entre distintas regiones. Efectivamente, las características productivas son muy heterogéneas que condicionan el nivel de desarrollo. Esta situación es una de las realidades que el Plan de Desarrollo del presidente Petro desea combatir. Para ello es fundamental focalizar las variables donde se encuentran los baches más grandes. ¿Dónde están?
Las brechas según el IDC-2024 están concentradas en: “… adopción de TIC, sistema financiero, sofisticación y diversificación, e innovación, en los cuales la diferencia en puntaje entre el mejor y el peor fue superior a 7,5, en una escala entre 0 y 10. Puntualmente, la brecha en el desempeño de los departamentos fue bastante amplia en indicadores como: ancho de banda de internet fijo, inclusión financiera, diversificación de la canasta exportadora, e investigadores per cápita, entre otros”.
Las metas para seguir con cuidado son, entonces: Por una parte, la expansión del servicio de internet en especial en zonas deprimidas. En ello está trabajando con celeridad el ministro Lizcano de las Tics, pero hay que profundizar aún más.
 En segundo lugar, los procesos de inclusión financiera, que es crítico, para llevar apalancamiento a las unidades productivas. En esto el sector financiero ha hecho esfuerzos interesantes y en las ciudades se ha ganado mucho terreno, pero en el campo no tanto, a este respecto es necesaria una estrategia más focalizada en el campo. La idea del Presidente de forzar las inversiones de los bancos para generar crédito para la economía popular va en esta línea. Pero los bancos deberían en ejercicio de su responsabilidad social empresarial hacer mayores esfuerzos y no porque el gobierno los obligue. Aquí hay una deuda histórica del sector financiero con el país.
En tercer lugar, la diversificación exportadora es una urgencia para el país para asegurar la transición energética. Si no generamos divisas por otros sectores es fundamental. Y ahí debería presentarse un plan para aquellas regiones que precisamente deberán dejar la extracción de petróleo. En esto estamos en pañales y es de mínima responsabilidad con estas regiones del país.
Finalmente, está la falta de generación de conocimiento, que se mide por el indicador de investigadores percápita. Difícil hacerlo, pero lo que sí se puede generar es una dinámica para que las grandes universidades asuman fronteras de investigación aplicada en las regiones, esto sería posible si el Ministerio de Ciencia y Tecnología establece incentivos en las convocatorias para fondos de investigación esta condición regional en los proyectos.
Si queremos ganar en equidad regional, hay que trabajar con ese foco.