En un mundo en constante cambio, los estados enfrentan el reto de adaptarse a las dinámicas globales que transforman la forma en que operan y prestan sus servicios. El último informe del Consejo de Competitividad identifica cuatro megatendencias que, de ser abordadas con visión de futuro, pueden convertirse en palancas para mejorar la eficiencia estatal: Cambio Tecnológico, Cambio Climático, Cambio Demográfico y Participación Ciudadana.
En el Cambio Tecnológico señalan que pueden “optimizar sus procesos, mejorar la eficiencia, aumentar la transparencia y brindar servicios más accesibles” a la ciudadanía. Con la pandemia, por ejemplo, la justicia logró un salto sideral en el tema, que debería incidir en una mayor eficiencia. Desde el ingreso de Colombia a la OCDE se dio una consolidación del Estado en Línea. Todavía falta, especialmente a nivel de las regiones. La gran revolución digital todavía no ha llegado a todos los municipios y entidades regionales.
La segunda tendencia es el Cambio Climático. Si se quiere es uno de los más delicados. Bien sabemos que Colombia por su posición geográfica será un lugar de mucha vulnerabilidad al cambio climático. Esto exige que el Estado ofrezca “… una respuesta integral del Estado, con políticas públicas que promuevan la sostenibilidad ambiental y la adaptación al cambio climático”. Aquí debemos pasar de la retórica a lo concreto. Dos aspectos generan mucha tensión: energía y deforestación. Ver cómo esa transición energética se hace de manera inteligente y proactiva; igualmente, la deforestación es uno de los factores que mayor impacto dañino tiene sobre el medio ambiente. Es un tema de verdadera seguridad nacional, por la protección de recursos naturales y la resiliencia en caso de desastres.
La tercera es el Cambio Demográfico. Traerá serias consecuencias sobre la población económicamente activa, que tendrá que sostener a una mayor proporción de personas en uso de buen retiro. Las edades de jubilación deberán ser reestudiadas. Pero también es una gran oportunidad puesto que “el aumento de la población mayor exige una mayor inversión en los sistemas de salud y seguridad social, y requiere más flexibilidad en las políticas para atender las necesidades”. Pero a su vez en materia de educación es una oportunidad de oro para mejorar la calidad.
Finalmente, la Participación Ciudadana, es una excelente noticia, pues es una muestra de madurez social. La participación es un tema clave para asegurar la democracia y la cohesión social. “La sociedad exige una mayor participación en la toma de decisiones y un mayor control sobre la gestión de los recursos públicos. Esto requiere una mayor transparencia en la gestión del Estado y la implementación de mecanismos que faciliten la participación”.
Más allá de una retórica de constituyente primario, como una ciudadanía que controla, a la cual se le debe rendir cuentas de verdad y que su opinión sobre esa rendición tenga consecuencias.
Si el Estado logra entender y anticipar estas megatendencias, podrá transformar los desafíos en oportunidades, impulsando un desarrollo sostenible e inclusivo que responda a las necesidades de la sociedad.