Cada vez me convenzo más, que en la vida y en los diferentes escenarios en los cuales participamos, es fundamental tener foco. Claramente sin un foco definido es impensable conseguir los resultados que nos proponemos; cuando así actuamos, no hacemos más que correr como carros locos de un lado para otro sin tener claro el rumbo hacia el cual nos dirigimos, con las
complicadas consecuencias que esto conlleva. Concentrar las energías, el trabajo físico y el trabajo mental, y dirigirlo hacia un norte previamente establecido, es el camino correcto para lograr nuestros objetivos.
Por eso, hoy más que siempre me ratifico en que el poder de las renuncias es enorme. Es imperativo entender que renunciar es sano y necesario, y me refiero a esas renuncias que en la vida cotidiana y en la actividad empresarial nos permiten alejarnos de planes y proyectos que nos pueden demandar mucho tiempo y dinero, sin que tengamos la mínima certeza de que los podamos sacar adelante.
En ocasiones nos encontramos con organizaciones que llevan muchos años en el mercado, y que, ya sea por tradición, costumbre o simplemente por temor a asumir riesgos y evolucionar, se quedan literalmente aguantando, al sostener en el mercado líneas de productos que poco o ningún valor le están generando al resultado final de la organización.
Es muy importante tener la fortaleza suficiente para renunciar y dejar a un lado los apegos a servicios y productos caducos, que con el tiempo se han vuelto improductivos y que finalmente se han convertido en obstáculos que nos impiden seguir adelante. No debemos dejarnos deslumbrar y distraer por ideas aparentemente buenas, que no pasan de ser precisamente eso: “buenas ideas”, las cuales en la práctica son inviables y en su gran mayoría nos pueden hacer perder tiempo valioso.
Dentro de esta misma línea, en mi actividad actual me he encontrado varias veces con el enorme riesgo que asumen muchos emprendedores, cuando se ufanan de tener y liderar varios emprendimientos. Difícilmente encuentra uno experiencias exitosas fundamentadas en este tipo de decisiones, que los ubican más cerca del fracaso que del éxito.
Históricamente nos encontramos con ejemplos que describen perfectamente esto que hemos venido sosteniendo. Grandes personajes y empresas que decidieron renunciar a muchos proyectos para dedicarse a poner el foco en unos pocos para sacarlos adelante.
De hecho, no recuerdo exactamente donde escuché esta frase, pero describe claramente el mensaje que queremos dejar: “Si te equivocas de tren, bájate en la primera estación, que cuanto más tardes en bajar, más caro es el viaje de regreso”.
Es hora entonces de entender que las renuncias son fundamentales y tienen un inmenso valor en el desarrollo de nuestros objetivos; por ello los invito a que, sin vacilaciones, nos acostumbremos a renunciar y a dejar de lado todo aquello que nos pueda distraer y hacer perder el foco, desviándonos del verdadero y exitoso camino que debemos seguir para cristalizar nuestros proyectos.