La violencia en el país está incrementándose. Delitos que la sociedad colombiana creía superados como el terrorismo, el secuestro y la extorsión están de nuevo afligiendo a las comunidades, regresándonos al pasado cuando el conflicto armado era el cáncer que azotaba los territorios. Es indignante lo que está pasando en Jamundí, donde recientemente detonaron una moto bomba, o en municipios del Pacífico donde la insurgencia es la ley, desplazando la autoridad de una debilitada fuerza pública, todo esto con la complicidad del presidente Gustavo Petro.
Pero preocupa mucho más que la situación de orden público en el país esté encabezada por delitos en contra de las mujeres. El feminicidio y la violencia de género han crecido el 53% con respecto al año inmediatamente anterior, de acuerdo con información suministrada por el Ministerio de Defensa; por su parte, el Ministerio de Justicia afirma que cada 18 horas es asesinada una mujer, sumado a que la Procuraduría dio a conocer que cada 18 días una mujer pierde la vida en manos de su pareja o expareja.
Esta situación viene de menos a más y conforme pasan los días los hechos son más graves y las mujeres siguen perdiendo la vida, sin que se tomen las medidas necesarias para frenar este flagelo. En mayo de 2023, hace más de un año, y durante la aprobación del Plan Nacional de Desarrollo, el presidente Petro declaró la emergencia por la violencia en contra de las mujeres, pero como pasa con la mayoría de los asuntos que son competencia del Gobierno nacional, quedó en el papel y sin generar las acciones necesarias para dar respuesta a las mujeres que sienten sus derechos vulnerados.
En el departamento de Caldas, los delitos en contra de las mujeres son un aspecto que debe concentrar la atención de las autoridades y la ciudadanía, de acuerdo con la Policía Nacional, mayo fue el mes más violento de lo que llevamos del año, evidenciándose contravenciones relacionadas con feminicidios, violencia intrafamiliar, entre otros. Esta lamentable situación debe convocar a la sociedad caldense para rechazar a una sola voz los hechos contra las mujeres, como lo ocurrido recientemente en el municipio de Marmato, donde fue atacada madre e hija por un mismo agresor, en hechos que se encuentran en proceso de esclarecimiento, pero este no es el único caso en el departamento, en muchas localidades se pueden mencionar faltas en la seguridad y la convivencia que atentan contra la tranquilidad de las mujeres.
Caldas es un territorio que alberga importantes liderazgos femeninos, identificándose mujeres que comandan grandes causas desde el sector privado, gubernamental, social, ambiental, entre otros. Además, son muchas las heroínas anónimas, que con su trabajo permiten que más mujeres tengan mejores condiciones de vida a través de alcanzar la autonomía y el empoderamiento. Seguramente la historia de cada una de las caldenses contiene esfuerzo, dedicación y disciplina, ellas a través de su profesionalismo y trabajo incansable han transformado paulatinamente el departamento y el país desde diferentes sectores, sin lugar a dudas, el desarrollo de la región está protagonizado por las mujeres, sea este el momento para entregarle un reconocimiento muy especial a las campesinas, porque son verdaderas agentes sociales, ambientales y económicas, su labor permite llevar el alimento a la mesa de millones de personas.
Ha llegado el momento de hacer un alto en el camino, porque como país debemos erradicar la violencia de género, la tarea colectiva que tenemos es reconocer sus aportes y acompañar sus causas. Ni una más de las mujeres debe ser víctima de agresiones, así mismo; esperamos que no se presenten más asesinatos; ni una menos en la sociedad, porque la seguridad debe volver a reinar en los territorios y avanzar en este aspecto, a pesar de que para el Gobierno nacional no sea una prioridad.