Esta temporada, todo en Once Caldas encaja dentro de lo que podría considerarse sorpresa. Agradables la mayoría y con suspenso respecto a lo que será la final del campeonato, en la cual tiene el cupo prácticamente asegurado.

Como en el reciente pasado, el equipo fue armado con jugadores de bajo perfil, que gratamente se han convertido en figuras: James Aguirre, Juan Pablo Patiño, Mateo García, Lucas Ríos y Michael Barrios, el 50% de la titular

También es sorpresa el técnico Hernán Darío Herrera, para muchos anquilosado y dueño del puesto por un favor, no por méritos, y quien logró echarse la gente al bolsillo incitando a que se le reconozca el valor de su labor. El Arriero tiene hoja de vida, manejo y criterio.

Por supuesto, no faltan quienes lo discutan, pero con sus colaboradores, que igualmente fueron cuestionados por inexpertos y porque, según algunos, los ‘montaron’, hoy han alcanzado unas cifras impensadas para un plantel que despertó mínimas expectativas a comienzos de año.

Sorpresa son los resultados en la liga. Van 14 fechas, y en 13 estuvo en el liderato, o con los mismos puntos del primero. El gol, que es una de sus carencias, fue protagonista en 12 de ellas, y el pórtico fue vulnerado en pocas ocasiones.

O sea, es una campaña por encima de lo proyectado, sin afugias, con un calendario favorable porque actúa cada ocho días y da tiempo al grupo de entrenadores para recuperar lesionados y reforzar la idea, y a los jugadores para estar descansados.

Y para completar las sorpresas, la intempestiva salida del presidente de la institución, Tulio Mario Castrillón, propietario de un paquete de acciones que no hace mayoría, pero con poder de decisión otorgado por el socio principal. Para nadie es un secreto que ordenaba sin quién lo contradijera.

Hace poco, Jaime Pineda afirmó en una entrevista radial que Castrillón estaría en el cargo hasta cuando quisiera, y que estaban planeando ya el equipo para 2025. Acerca de posibles compradores dijo: “Se han acercado y no los he recibido”.

Entre tanto, del hoy expresidente Castrillón se recuerda su frase “Once Caldas es un hijo para mí”, y recientemente expresó al periodista Álvaro Hernando Gallego su orgullo por los resultados presentes y los programas en desarrollo a través de franquicias, escuelas y filiales, que eran su gran obra.

Algo se rompió y parece haber sido delicado para que fuera remplazado rápidamente por Daniel Jaramillo Vélez, esposo de Carolina Pineda, hija de Jaime, y citaran a asamblea extraordinaria el próximo 21 de octubre, con el propósito de nombrar junta directiva y readquirir acciones del Once Caldas (?), según reza la convocatoria.

Todo esto abre un espacio para preguntarse por el futuro del club y un eventual cambio de dueño. Lo cierto es que hubo cisma en la cúpula: Castrillón dejó de ser el mandamás y falta por ver si continuará como accionista. Pineda asumió el control y puso al frente a gente de su absoluta confianza, como el nuevo presidente y el ‘vice’ Jorge Enrique Vélez.

Son tiempos de cambio, que ojalá se aprovechen para fortalecer vínculos, mejorar relaciones y generar empatía con un Once Caldas muy corto de nómina, pero con trabajo y motivación, capaz de seguir ofreciendo más, en un semestre definitivamente lleno de sorpresas. ¿Será que aún faltan más?

Hasta la próxima...