Que un equipo gane una, dos veces, hasta tres, puede ser casualidad o suerte, pero que lo haga en cuatro ocasiones, independiente de las formas, indica una supremacía absoluta y que le tomó la medida al rival, o que este no sabe contrarrestarlo ni enfrentarlo.
Pasó con Fortaleza, vencedor de nuevo en Palogrande y, creo, con la complicidad de Once Caldas, que equivocó su planteamiento, sobre todo con esa primera etapa pasiva, sin agresividad en marca, sin la pelota y en la que faltó actitud para buscar desde el principio.
En el complemento, cuando hubo presión alta, encerró, recuperó e hizo cometer errores a los defensores, fue distinto, aunque volvieron a aflorar las debilidades que se tienen: falta de gol y un banco carente de suplentes que realmente resuelvan y sean un revulsivo.
Definitivamente Once Caldas tiene que retomar el nivel. Entró en un bache desde hace cinco fechas que así no lo afecte porque está clasificado y que puede entenderse como norma porque sucede en el fútbol, ojalá sea solo eso, no lo vaya a perjudicar en la ronda de los cuadrangulares.
En los últimos cinco partidos solo superó al Pasto, en tiempo de adición, porque cayó en casa ante DIM y Fortaleza, y por fuera contra Alianza, aparte del empate 1-1 con Tolima. Es decir, cuatro puntos de 15 y un panorama complicado porque siguen Santa Fe, Junior y América.
Inexplicable, entre otras porque juega cada ocho días, o sea, el grupo está descansado, con sesiones de trabajo extensas para mecanizar movimientos y perfeccionar acciones particulares como los centros de costado, por ejemplo, para que dejen de ser ‘ollazos’.
También los remates a puerta, la amplitud por bandas o la precisión de los pases. A ello se añaden las ausencias, por lesión o amarillas, que aminoran un plantel que cuenta con una nómina demasiado justa y algunos rendimientos individuales que han caído.
Empezando por Dayro Moreno, se comió dos imperdonables para un goleador de su talla.
Mete miedo con su pasado, no con su presente. Michael Barrios intentó contra Fortaleza, pero lejos del punzante puntero con gol que vimos en las primeras jornadas de liga.
El argentino Lucas Ríos va para récord, ha estado en 14 de los 16 juegos disputados y no terminó ninguno, y tiene un saldo tenebroso en disparos directos a portería: uno en todo el campeonato. Indiscutibles sus condiciones, raro que, con tanta técnica, no se atreva.
La baja de Mateo García dejó claro que es el equilibrio en el mediocampo, y con la de Juan
Pablo Patiño se evidenció que es el único lateral izquierdo, no hay más, ni nadie especializado que cubra esa posición en la que terminaron improvisando a Esteban Beltrán el viernes pasado.
El técnico se la juega, tanto en Ibagué, donde con un hombre de más en cancha por expulsión de Rovira del Tolima se descobijó atrás para intentar la igualdad que logró, en esta ocasión se quedó sin volantes de marca por meter delanteros, y Fortaleza cobró el segundo gol en un contraataque.
Atrás igualmente se ha cedido en seguridad al punto de que, en ese mismo lapso, me refiero a los cinco encuentros del bache, recibió anotaciones. Se está a tiempo para reparar, desde el comienzo se sabía acerca de la escasez y aun con ellas se clasificó cuatro fechas antes, se está arriba en las tablas y merced a su campaña, lo continúan dando entre los favoritos.
Hasta la próxima...